Budapest - Viena - Bratislava - Brno - Praga

Antes que nada quiero agradecerles todas las palabras de cariño para con mi culo. Por suerte la recuperación ha sido milagrosa y ya estamos nuevamente en carrera.
Como me queda muy poco para volver a Rusia (técnicamente 18 días) he tenido que acelerar el viaje. 3 días por ciudad aproximadamente, para así poder ver un poco, una veloz mirada sobre las principales ciudades de Europa Central.

Budapest es una ciudad muy hermosa. Si bien no se acerca a la monumentalidad de Viena, su casco antiguo, a ambos lados del Danubio, las antiguas Buda y Pest, tanto de día, como de noche, despiertan la imaginación. Es una delicada mezcla de la majestuosidad de Europa Central, más parecida a Viena que a Praga por los grandes palacios, tiene un toque eslavo irresistible. Una ciudad un poco desordenada, con edificios casi en ruinas en el mismo centro de la ciudad, grandes avenidas y hermosos jardines.
Una guía que leí destacó los baños turcos y otros edificios que sobrevivieron a la presencia del imperio otomano, cuando la ciudad estuvo ocupada por estos.
También está muy presente el pasado comunista, visto con la misma simpatía que la ocupación nazi.

En Budapest llegué pensando que no tendría anfitrión. Después del festival tuve sólo dos días de descanso en Belgrado (recuperación y desintoxicación) y cuando me despabilé me di cuenta de que no tenía anfitrión. Decidí no desanimarme y la idea era dormir en la isla Margarita, una isla en el centro de la ciudad, donde hay varios parques y los autos no pueden entrar. Para mi sorpresa, cuando llegué a Budapest me encontré con que dos señoritas habían respondido mi pedido de auxilio en el foro, cosa que no pensé que pasaría.
Mira, mi primera anfitriona y con quien me quedé 3 días (también con ella paraba una piba israelí) y Meddy mi segunda anfitriona, con quien me quedé sólo una noche.
El primer día me reuní con una amiga rumana, Paula, que conocí en Timisoara y que estudia en Paris. Ella estaba con sus padres a dos horas de la ciudad, así que se vino y con una amiga de ella dimos vueltas por todo la ciudad, pasamos un lindo día.
A última hora me reuní con una gitana húngara, amiga de otra amiga de rumania. Muy comprometida con la educación intercultural y con la integración de la etnia gitana, charlamos un buen rato y me ofreció la posibilidad de trabajar en una escuela en la frontera entre Hungría y Eslovaquia en un programa de integración para jóvenes gitanos :-)
No me pueden pagar, pero me ofrecieron comida y alojamiento. Tengo que pensarlo, pero me gusta la idea.
Pena que tendría que aprender húngaro, que no es una de mis idiomas preferidos.
Los otros días me la pasé dando vueltas por la ciudad, que es mucho más pequeña de lo que pensaba, y por las noches salimos a eventos couchsurfers en la ciudad, básicamente, bares.
Un edificio moderno (les estaba debiendo algo moderno, lo se)




El edificio donde vivía Mira

El Parlamento de Hungría



Con Paula


De Budapest salí para Viena. Necesité 3 vehículos para los 250 kilómetros que separan las dos metrópolis.
En el primero venía un tipo de suiza en un mercedes, con charlamos todo, política principalmente. Un tipo muy interesante. El segundo fue un camionero con el que no pude hablar absolutamente nada ya que sólo hablaba húngaro (un idioma de la familia del finés!!!) el tipo se equivovó y me dejó en la autopista. Empecé a caminar, con mucho cuidado porque ya era de noche y tratando de siempre estar del otro lado de la valla, ya que los autos pasaban finito y muy rápido. Obviamente era imposible e ilegal hacer dedo, así que sólo traté de salir y abandonar ese lugar y llegar a un camino normal. No caminé más de un kilómetro cuando me encontré que el camino se transformaba en un puente con dos salidas que podía tomar. La primera de estas tenía una escalera, que pensando que me llevaba a tierra segura tomé. En realidad la escalera pasaba sólo por debajo de una de las salidas y aparecía por el otro lado.
Un poco frustrado y viendo que tenía que entrar nuevamente en la autopista encontré un cartel donde apoyarme mientras me subía a la valla para traspasarla, cuando justo, pero justo cuando estaba parado arriba, una sirena de policía a sólo unos metros me agarró en falta.
Caramba! Noche en la estación de policía? No... tuve mucha suerte. Aca les traigo el extracto del diálogo con el policía:
Se abre la ventana, un policía bastante joven me mira, -Hola -le dije en inglés con una amplia sonrisa-
El tipo me observó, como pensando que decir -que carajo estás haciendo ahí- preguntó en un buen inglés.
Yo terminé de pasar la valla y me mostré indignado -estaba intentando bajar esta autopista, pero no hay ninguna escalera que lo lleve a uno abajo, como puede ser? Si hay un accidente no se puede bajar caminado? Es una locura!!!
El tipo me sonrió -y cómo llegaste hasta ahí?- me preguntó con mucha tranquilidad.
-me trajo un camionero húngaro y por accidente, ya que está todo bastante oscuro por cierto, me dejó en la intersección equivocada. El pensó que era la salida y en realidad no lo era- reconozco que ya pensaba pasar la noche en una celda, así que mientras hablábamos me preguntaba que tal sería el sistema carcelario vienes.
Me hizo un par de preguntas, como de donde soy, adonde voy y cosas por el estilo y después me indicaron que me subiera al auto. Mientas conducían yo le indicaba la dirección de Miriam, donde dormiría, con la esperanza de que me dejaran, si me iban a dejar, en un lugar cercano.
Por suerte me dijeron que me llevarían, más cuando se dieron cuenta que la dirección estaba en la zona roja de la ciudad (suena mucho peor de lo que es, es un barrio muy lindo en realidad) Mientras íbamos, me hicieron muchas preguntas, quien era, donde me iba a alojar, por cuanto tiempo, donde había estado y cosas por el estilo. Como hacían muchas preguntas, también yo les empecé a hacer preguntas, como es la situación de inseguridad, si hay barrios más peligrosos que otros y cosas por el estilo. Cuando llegamos a lo de Miriam los traté de convencer de que ellos se bajaran y ellos le tocaran el timbre, pero si bien a uno de ellos le causó gracia la idea, al otro no le pareció correcto (y obviamente era el de más rango) me despedí de los policías y me fui a reunirme con Miriam. Por cierto ha sido mi primer viaje en patrulla! Se lo comenté al policía, al tiempo que le decía que yo era buen chico. El policía me retrucó diciéndome que si seguía caminando en las autopistas no sería el último viaje en patrulla seguramente... esto resultó ser profético.
Miriam no estaba en el depto, pero llegó unos minutos después. Para los que no la conocen ella vivió varios años en Argentina, y fue compañera de la maestría.
Nos quedamos charlando en la noche y a la mañana cuando ella se fue a trabajar yo me fui a recorrer Viena en bicicleta.
Viena es una ciudad magnífica. Pese a que el Danubio pasa por la ciudad, el centro no está cerca, diferente a las ciudades de Budapest, Novi Sab y Belgrado, todas aprovechando el Danubio y con sus zonas céntricas pegadas a este.
Una ciudad hermosa llena de palacios. A diferencia de sus vecinas del este, en este caso todo se ve perfecto, los edificios están en muy buen estado, todo pintadito, monumentos antiguos a metros de monumentos modernos, todo en una perfecta armonía.
Por desgracia sólo me perdí de ir a la opera, que cierra hasta septiembre... una gran pena.
Algo magnífico de esta ciudad, aparte de sus bici sendas, que permiten recorrer el centro maravillosamente, es el hecho de que a sólo 15 minutos... prácticamente dentro de la ciudad, empiezan a aparecer antiguos pueblos, hoy absorbidos por la ciudad, con hermosas y horriblemente caras casas y pequeñas viñas en las colinas que rodean a la ciudad. Todo eso a tiro de piedra del centro. Las colinas alrededor y los grandes bosques son impactantes, los caminos angostos, delicados, serpentean las colinas y dejan aparecer otros bellos pueblos con sus bodegas boutiques.
El sábado fuimos a visitar a los padres de Miriam, fuimos a una reunión con sus amigos y por la noche fuimos a un pequeño festival a sólo 2 cuadras de donde vive Miriam, así que interesante y muy conveniente. Un día genial. El domingo fuimos a comer a una hermosa zona de museos, con un gran espacio con extraños sillones donde la gente se sienta a pasar el día, leyendo, o con amigos. Un ambiente muy lindo.
Fue un placer poder verla a Miriam nuevamente, Besos Miriam!!! gracias por todo!!!
El museo y los extraños asientos


Con la querida Miriam

También hay edificios modernos en Viena



Extraño monumento que recuerda la peste negra












De Viena salí para Bratislava, sin duda la capital más menospreciada de todo Europa. Cuando se separó Checoslovaquia, Bratislava no era la segunda ciudad en importancia, era Brno, Bratislava era y es una ciudad pequeña, insignificante, aunque no tan fea como todo el mundo me había advertido. Demasiados edificios grises, eso sí. Salvo un pequeño casco antiguo, muy bello y bien mantenido, el resto de la ciudad es una pesadilla socialista... aunque no sin un cierto encanto.
La salida de Viena fue un tanto accidentada. El profético policía tuvo razón y en dos oportunidades tuve encuentros con los uniformados. Primero fue cuando llegué al lugar donde haría dedo. Una estación de servicio al lado de la autopista. En la estación no entraban muchos autos, así que me acerqué a la autopista, con la mala suerte que al primer auto al que le hice dedo, detrás venía un policía... sí, no es joda, así pasó. Mientras maldecía mi suerte y el policía, que no hablaba inglés sólo me decía lo que presumo eran advertencias, y me indicaba hacia la estación de servicio... obediente me metí y esperé allí. Finalmente conseguí un tipo que iba a Budapest y me dejaba en la intersección con Braislava. En la intersección caminé unos 500 metros hasta que salí a la autopista, que en este caso tenía espacio para caminar y una linea de árboles a la derecha. Caminé por allí hasta que otro policía apareció!!! Estos austríacos son unos maniáticos del orden. Este policía no fue tan amistoso. Sólo le expliqué que sólo quería abandonar Austria (estaba a sólo 8 kilómetros de la frontera) los tipos me querían poner una multa. Yo les dije que hiceran lo que quisieran ya que no la pagaría. Nos ladramos un rato, al tiempo que les explicaba que tenía espacio hasta para caminar en el pasto, que no veía cual era el problema. Yo sabía que estaba en falta, pero el tipo no era nada amistoso. Me pidieron el pasaporte y me subieron al móvil. Yo pensaba que me llevaban pero pidieron información a la central, después tomaron mis datos y me llevaron a 50 metros de la frontera. Ahí me dejaron y me indicaron que podría hacer dedo justo en la frontera o en una casa de cambio a unos 100 metros. Agradecí la información y abandoné la estricta Austria.
La frontera, como todo el espacio Shengen, es siemplemente un edificio parcialmente abandonado, donde antes estaban las aduanas y cosas por el estilo y donde ahora sólo venden estampillas las cuales son exigidas para transitar en las autopistas. Hay me levantó una pareja muy joven que hablaban un poquito de inglés. Me llevaron directamente a la casa de mi anfitrión en Bratislava. Un paraguayo que vivía allí desde hace unos 3 años y que se había puesto un consultorio odontológico.
Solo me quedé un día en la ciudad, lo suficiente para apreciar el centro antiguo de la ciudad. Muy bonito, no muy barato (tienen euros) e increíblemente vacío. Muy poca gente en las calles. Ya en Viena la temperatura había bajado bastante, en Bratislava se mantuvo y en Brno me cagué de frío (9ºC), les voy adelantando.

Salir de Bratislava fue imposible. Tuve tantas horas de lluvia, intensa lluvia, que después de esperar 4 horas en una estación de servicio me rendí y me tomé un colectivo a Brno, en la República Checa.
En brno me quedé dos días, es una ciudad muy linda, mucho más tranquila que Praga, mucho, pero mucho menos turistas, pero al mismo tiempo es una ciudad encantadora.
Eso sumado a que tuve una encantadora anfitriona, Alena, que me mostró la Brno nocturna y hasta bailamos valz en una plataforma al lado de la fortaleza, bajo una breve llovizna.
Llegar a Praga fue bastante fácil por suerte y llegué tempranito. Ahí me quedé con un checo, una francés y una chica de Noruega. Después se nos sumó Alena que se vino de Brno y una yanqui, que conocimos en la ciudad.
Praga fue genial, la pasamos bárbaro, nos divertimos muchísimo y la ciudad es espectacular, llena de turistas, como hormigas recorren toda la ciudad, todas sus esquinas y sus callejones. En Praga uno nunca puede guardar la cámara de foto, todas sus pequeñas calles son espectaculares y perderse es genial e inevitable. Algo muy positivo: no tienen euros, así que sus precios, si bien son altos, no son tan altos como en Viena por ejemplo.





Sí, es lo que parece, un Cristo hecho con zapatillas



A quien se le ocurre hacer una bebida con Aloe Vera!!!! (en la foto estoy con Katrine, la chica de Noruega)

Y hay que pagar para colmo

De derecha a izquierda: El mexicano, Alena, Katrine, el francés y la yanqui





Algunos turistas!!!






















Les voy adelantando que de Praga fui a Berlin, y de Berlin a Amsterdam!!!!



Sección respuestas a mis muy queridos amigos

1. Siento haberme demorado tanto para esa entrada, como ya les comente, pocas ganas tenía de escribir. Tía, como te voy a borrar de la lista??? jajajaja
2. Respecto al auto de los 10 mil todavía no llego, festejé los 10 mil kilómetros de viaje, pero no haciendo dedo. Para eso falta un poco todavía.
Increíblemente voy a cruzar los 10 mil kilómetros haciendo dedo en el recorrido de vuelta de Amsterdam Berlin. Al mismo tiempo sólo me faltan 3 autos para llegar a los 100, por lo que podría romper las dos marcas al mismo tiempo :-)