Volgogrado y la peregrinación a Rostov

Hola a todos. Esta entrada promete ser cortita ya que ya es bastante tarde y mañana salgo temprano de viaje. Pero vamos en orden.
Mi parada anterior fue Volgogrado. Esta ciudad en principio desconocida, es en realidad Stalingrado. Le cambiaron el nombre por razones obvias, aunque eso ha tenido la consecuencia de que la ciudad haya caído en el olvido.
Para los que no conozcan la historia de la ciudad, caso de que alguien no la conozca: Durante la segunda guerra mundial, o gran guerra patriótica, como es conocida en Rusia, se dio la más cruenta batalla de la historia. Cerca de 2 millones de soldados (entre alemanes y rusos) perdieron la vida en la batalla que significó el comienzo del fin de la peste parda, como es conocida amistosamente la alemania fascista.

Algunos monumentos conmemorativos



Esta estatua se encuentra en la llamada Mamaev Kurgan y es la colina que domina la ciudad y escenario más importante de la batalla. El monumento se llama "madre patria" y mide 105 metros, siendo en su momento la estatua mas grande del mundo. La espada no está hecha de cemento sino de acero

En esta ciudad me quedé en la casa de Sergei senior y Sergei junior. Dos Sergeis, el dueño de la casa de 45 años, músico; y su abogado, de 30 años, que temporalmente vive en su casa. Esos días también nos acompañaron 2 alemanes motoqueros alemanes.
El departamento era muy cómodo. La ciudad, pese a ser muy bonita, como pueden ver por las fotos, está infectada por mosquitos... no hablo de un par de mosquitos de esos que te vuelven loco y te mantienen todo el tiempo ocupado. Hablo de las nubes de mosquitos tipo pésima pelicula de hollywood,de esas que comen gente. Yo caminaba utilizando no sólo mis dos manos para espantarlos, sino que los pies... así que me pasé un par de días saltando como loco, con movimientos más violentos que los de un epiléptico. Uno de las tardes fuimos a navegar en una lancha de un amigo de Sergei senior por el maravilloso río Volga, el río mas largo de Europa.

No se nota muy bien ya que el sol no ayudo. Estoy con Sergei senior, los dos alemanes y el de la derecha soy yo.

Aca estoy con Sergei

Uno de los alemanes

Aca les presento algunas construcciones de la ciudad, primero algunos detalles modernos




Ahora unos clásicos, mis preferidos



Como les conté el principio esto va a ser corto, así que pasamos al viaje entre Volgogrado y Rostov del Don... más que una peregrinación, una dura experiencia.
Poco más de 500 km separan estas dos ciudades... Salí el martes a las 10 de la mañana, llegué hecho pelota, obviamente, el miércoles a las 4 de la tarde. Paso a comentarles la travesía: sabía que la ruta elegida no era muy, llamemoslo, popular, pero lo cierto es que la alternativa eran hacer un desvío de casi 500 km, lo que me parecía ridículo, próxima vez hago el desvío.
Como persona previsora que soy decidí comprar una carpa. Conseguí una "genial" que pesa menos de 1 kilo, por 20 dólares. Las comillas fue por las risas que generó entre mis anfitriones y amigos locales. Es cierto que es probable que no aguante un viento muy fuerte o incluso una tormenta (ni brisa ni llovizna), pero lo cierto es que ya le he tomado cariño y hasta le tengo bastante confianza (será por el precio).

Sergei me acercó con su auto hasta fuera de la ciudad, hasta donde creía sería fácil empezar mi recorrido. Después de estar clavado como un ganso esperando que pase alguien, decidí cargar los bártulos y avanzar un poco buscando... buscando nada, sólo estaba aburrido y buscaba sombra.
Avance varios kilómetros y no encontré ni sombra ni autos... si bien no es muy digno reconozco que pensé en volverme e ir por una ruta alternativa, aunque rápidamente ahuyente esos cobardes pensamientos y seguí adelante. Me levantó no tengo idea cuantas horas después una marshutka (mini colectivos) y después de regatearle me llevó por mitad de precio, $4, hasta Kalach del Don. Una pequeña aldea con un puerto al río Don. Caminé un rato por el pueblo hasta que me levantó un joven residente que ofreció llevarme hasta el puente en las afueras del pueblo. Previamente me hizo un pequeño... muy pequeño tour por los orgullosos monumentos de la ciudad y a sus combatientes de la gran guerra patriótica. Un tanque y un pequeño monumento, ambos cuidados con esmero.
Me dejó a dos kilómetros del puente, para así evitar el control policial. Cruce el control sin problemas, el larguísimo puente, y empecé a avanzar colina arriba. Según los carteles la inclinación era sólo del 10%, pero créanme que bajo el intenso sol es una putada. Pasado un largo, muy largo rato, en el que por cierto me quedé si batería en el celular, osea sin reloj, me terminó levantando un colectivo que llevaba a los campeones juveniles de fútbol de la provincia de Volgogrado. Todos estaban muy contentos de llevar a un argentino. El arquero me regaló la medalla que ganó en el torneo y yo le regalé mi camiseta de River Plate. En el camino paramos para nadar en el río (que por cierto estaba helado) y un par de horas después me dejaron nuevamente en el camino.
Avance sin éxito mientras el sol ya me avisaba de lo inminente de la noche. Empecé a buscar un lugar seguro para acampar hasta que finalmente encontré un buen lugar entre unos árboles que servían para dividir unos campos. Sólo esperaba que no fumigaran por la mañana.
La noche pasó sin problemas, la compu tenía bateria, así que me vi una peli de Woody Allen y me dormí temprano, con la esperanza de un mejor mañana.
La mañana comenzó bien, me paró el primer auto al que hice señas. Era un coche deportivo, así que entré bien apretadito en el asiento de atrás con mis bártulos.
Todo lo bueno del día terminó ahí, los muchachos que me llevaban sólo me sirvieron para acercarme unos míseros 20km, y nuevamente a la ruta. Caminé y caminé. Casi me da un síncope cuando descubrí que todavía no había llegado a la mitad del camino... ya calculaba pasar una noche más en la ruta: por suerte, cuando me encontraba absorto en mi mala suerte, me paró un camión, donde iba un tipo muy simpático y que me adelantó bastante en mi recorrido. Dos vehículos más necesité para llegar a las afueras de Rostov, el último era la traffic del aeropuerto que me dejó en una parada de colectivo que me permitió llegar hasta el centro de la ciudad. Eran las 4 de la tarde y apestaba. Lo más divertido fue que mi anfitrión estaba trabajando y no llegaba a su casa hasta las 10 de la noche.
Me senté como un vagabundo en una plaza, botella de agua en mano y me quedé viendo a las bellas señoritas pasar.
Rostov del Don hasta ahora es prometedor. No hay mosquitos, aunque la temperatura es de 32º normalmente.
Hoy di unas vueltas por la ciudad y mañana salgo, aprovechando fin de semana largo, para la playa a un camping universitario cerca de Novorosiisk. Mi anfitrión y su novia van en tren, yo no pago los 40 dólares ni loco, así que salgo a la mañana... por cierto son casi 700 km, aunque todo el recorrido es en la m4, una autopista muy transitada.

-Sección respuestas a los muy queridos amigos-
1.Tato, por favor no me difames a tweety que es vergonzoso
2.Mashi no vayas a pensar que las señoritas en Rusia son baratas. Me pasó que en San Petersburgo conocí a una piba de Siberia, la invité a tomar algo, se prendió una amiga de ella y terminé pagando por las 2. Conmigo están jodidas, por más que expriman a esta naranja no le van a sacar jugo!!!
3.Querida y muy sexi prima, también te mando muchos besos y me alegro que estés disfrutando de las entradas