Cruzar los aproximadamente 10 mil kilómetros que separan Moscú de Vladivostok me tomó nada menos que 21 días (sin contar los 7 que pasé atorado
en Khabarovsk tramitando mi visa)
Qué puedo contarles del eterno viaje que no les haya contado antes. Primero vale una aclaración técnica. Lo que llamamos comúnmente Siberia es un territorio que se extiende desde los montes urales, la frontera geográfica entre Europa y Asia y el oceano Pacífico. En realidad todo ese territorio no es Siberia, sino son los Urales, Siberia y el Lejano Oriente Ruso, pero bueno, era simplemente una aclaración.
Salí con el objetivo de hacer sólo un par de paradas en todo el recorrido. Dormí en la carpa en general y me llevaron camiones, autos, policías (en un auto de policía compartí asiento con un chino esposado) e incluso una ambulancia. Dos anécdotas me quedaron en la memoria de ese recorrido. Advierto que no es apto para cardíacos y les pido disculpas por el contenido escatológico y no religiosamente hablando de la anécdota que les traigo a continuación.
Las rutas federales que atraviesan los territorios orientales rusos son increíbles, por momentos casi intransitables, por momentos parece que fueron víctimas de bombardeos, siempre en reparación, a veces simplemente de tierra, normalmente atraviesan aldeas que viven del tráfico pero que al mismo tiempo parecen siempre desiertas. Iba en un viejo camión Kamaz, este me dejó dentro de una aldea. Me dijo que tenía que cargar ripio pero que no sabía cuanto se demoraría. Decidí no esperarlo y seguir por mi cuenta.
Empecé a caminar para así atravesar la aldea. Rápidamente noté que, tal vez debido al traqueteo del viejo camión, mis tripas se retorcían y hacían ruidos terribles, de esos que todos han escuchado alarmados alguna vez. Necesitaba un baño, pero, a diferencia de las típicas aldeas deshabitadas esta estaba llena de gente. Me metí en la única tienda que encontré y les pregunté donde terminaba la aldea. Me dieron una respuesta que creo sólo se puede escuchar en Rusia -Nunca... no termina, me dijeron!!!
Pensarán que estaba metido en una mala historia de terror, pero eso pasa en Rusia. Por extraño que parezca.
Cuando les pedí ser un poco más específicos me dijeron que unos 30 kilómetros. Yo me empecé a reír nervioso y salí con la idea, no ya de atravesar la aldea sino de encontrar un lugar solitario, o al menos un lugar con un baño. En retrospectiva me pregunto porque no fui directamente a una casa y les pregunté, cuando estoy seguro que alguien habría estado encantado de ayudarme, pero realmente otras cosas pasaban por mi cabeza y no lo hice. Sólo quería salir de allí.
Seguí caminando a la espera de un milagro, sentía como todo se desmoronaba dentro mío y hacía fuerza para contener las lágrimas.
Después de caminar, lo que creo que fue una hora, aunque podría estar equivocado, el mismo viejo camión me levantó. Lo gracioso es que me levantó 200 metros antes un río, un puente y un pequeño bosque. El lado positivo era que el bosque pegado a la aldea no era apto para poner un campamento, el lado negativo era que no podría ir al baño, a ponerme en contacto con la naturaleza, cosa que tanto me urgía. Sólo puedo decir que aguante estoicamente, qué palabra más adecuada para describir mi estado, el zarandeo del viejo Kamaz, hasta que divisé un descampado, momento en el que casi me tiré del camión. El lugar estaba infestado de mosquitos. Adopté posición cangrejo, mordí el papel higiénico y con mis manos intentaba con violencia sacarme los mosquitos de encima, que les cuento me masacraron.
No podía avanzar más, así que armé mi carpa ahí mismo (bueno, no exactamente ahí mismo) todo bajo el brutal acoso del mosquito siberiano, célebre entre los rusos y turistas.
Pasaron varios días y ya estaba de camino desde el lago Baikal, donde había parado a descansar y Ulan Ude, la capital de la república de Buryatia, de la cual les voy a hablar luego cuando me levantó un viejo camión Kamaz. Eran cerca de las 9 de la mañana. El tipo tenía una terrible resaca y viajábamos a menos de 60 km por hora (no le daba para más al viejo camión) como Ulan Ude no estaba muy lejos me armé de paciencia y le puse buena cara al asunto. El tipo no hablaba mucho, parecía que incluso hablar le producía dolor. No pasó mas de media hora que paró en una tienda. Yo lo esperé en el camión. Volvió con dos latas de coctel, black russian, básicamente vodka y licor de café, bastante sabroso, no se los voy a discutir, pero era un poco temprano. Igual lo acompañe con la bebida (también para evitar que él se lo tomara) y seguimos. Paramos alrededor de 2 horas después. El tipo se me dormía así que compró dos latas de speed con vodka. Yo en ese momento empecé a insistirle que deberíamos comer algo. El no quería saber nada con ello, así que compré un par de pierogis (empanadas rusas) y seguimos. Varias veces le ofrecí pero no quiso. Yo bebí, pero también comí. Era domingo y en la ruta no habían muchos autos lo que me dejaba tranquilo, igual se imaginarán fue un gran esfuerzo prestar atención al camino. No pasó una hora que hicimos la tercera y les adelanto última parada antes de llegar a Ulan Ude. Esta vez el tipo se decidió por bloody mary. Este genial cóctel es normalmente complicado de hacer, aparte del vodka y el tomate, hay que verdaderamente conocer las proporciones y despúes hay que poner sal, pimienta y tabasco, no es fácil, ni les cuento las veces que en un bar me han dado un bloody mary demasiado salado y eso no se arregla con nada.
Bueno, el bloody mary en Rusia es más... digamos, elemental. Se bebe un shot de vodka y despues un poco de tomate... nada se mezcla, nada de sal, pimienta, tabasco y tampoco por ningún lado aparece un apio.
Siendo que les estoy escribiendo sabrán que nada pasó. Llegué un poco borracho a la ciudad y con no pocas dificultades llegué a lo de mi host, eso sí, con una sonrisa inmensa y con la remera manchada con tomate. Respecto a mi camionero, me alegra pensar que la velocidad de su camión y lo desierto de las rutas siberianas lo van a mantener a salvo y que podrá seguir viviendo y bebiendo sin pasar a engrosar las estadísticas de accidentes de tránsito.
Ulan Ude me encantó. La república de Buryatia es hogar de un grupo étnico que responde al mismo nombre, primos o hermanos de los mongoles. A pesar de ello sólo el 30% de la población responde a este grupo étnico y en su mayoría son budistas tibetanos aunque también hay una buena cantidad de "chamanes amarillos", se les llama amarillos porque incorpora rituales y tradiciones budistas y el color se refiere al color de los sombreros que utilizan los budistas tibetanos durante sus celebraciones.
El centro de la ciudad está lleno de viejas casas de madera, típicas en toda Rusia como ya saben, pero en este caso están todas muy bien mantenidas y con numerosos detalles. Por otro lado, en Ulan Ude se encuentra la cabeza de Lenin más grande del mundo.
De Ulan Ude partí a Khabarovsk donde estuve una semana tramitando la visa en el consulado Chino. La ciudad se encuentra en la confluencia de los ríos Amur y Ussurisk. Ahí conocí a una rusa encantadora, profesora de tango!
Vladivostok fue la última ciudad que visité antes de cruzar a China. La ciudad se encuentra tanto cerca de China como de Corea del Norte. La ciudad es muy bonita, con varias colinas y la mayor cantidad de autos japoneses que he visto. Y todos con el volante del otro lado.
Salí con el objetivo de hacer sólo un par de paradas en todo el recorrido. Dormí en la carpa en general y me llevaron camiones, autos, policías (en un auto de policía compartí asiento con un chino esposado) e incluso una ambulancia. Dos anécdotas me quedaron en la memoria de ese recorrido. Advierto que no es apto para cardíacos y les pido disculpas por el contenido escatológico y no religiosamente hablando de la anécdota que les traigo a continuación.
Las rutas federales que atraviesan los territorios orientales rusos son increíbles, por momentos casi intransitables, por momentos parece que fueron víctimas de bombardeos, siempre en reparación, a veces simplemente de tierra, normalmente atraviesan aldeas que viven del tráfico pero que al mismo tiempo parecen siempre desiertas. Iba en un viejo camión Kamaz, este me dejó dentro de una aldea. Me dijo que tenía que cargar ripio pero que no sabía cuanto se demoraría. Decidí no esperarlo y seguir por mi cuenta.
Empecé a caminar para así atravesar la aldea. Rápidamente noté que, tal vez debido al traqueteo del viejo camión, mis tripas se retorcían y hacían ruidos terribles, de esos que todos han escuchado alarmados alguna vez. Necesitaba un baño, pero, a diferencia de las típicas aldeas deshabitadas esta estaba llena de gente. Me metí en la única tienda que encontré y les pregunté donde terminaba la aldea. Me dieron una respuesta que creo sólo se puede escuchar en Rusia -Nunca... no termina, me dijeron!!!
Pensarán que estaba metido en una mala historia de terror, pero eso pasa en Rusia. Por extraño que parezca.
Cuando les pedí ser un poco más específicos me dijeron que unos 30 kilómetros. Yo me empecé a reír nervioso y salí con la idea, no ya de atravesar la aldea sino de encontrar un lugar solitario, o al menos un lugar con un baño. En retrospectiva me pregunto porque no fui directamente a una casa y les pregunté, cuando estoy seguro que alguien habría estado encantado de ayudarme, pero realmente otras cosas pasaban por mi cabeza y no lo hice. Sólo quería salir de allí.
Seguí caminando a la espera de un milagro, sentía como todo se desmoronaba dentro mío y hacía fuerza para contener las lágrimas.
Después de caminar, lo que creo que fue una hora, aunque podría estar equivocado, el mismo viejo camión me levantó. Lo gracioso es que me levantó 200 metros antes un río, un puente y un pequeño bosque. El lado positivo era que el bosque pegado a la aldea no era apto para poner un campamento, el lado negativo era que no podría ir al baño, a ponerme en contacto con la naturaleza, cosa que tanto me urgía. Sólo puedo decir que aguante estoicamente, qué palabra más adecuada para describir mi estado, el zarandeo del viejo Kamaz, hasta que divisé un descampado, momento en el que casi me tiré del camión. El lugar estaba infestado de mosquitos. Adopté posición cangrejo, mordí el papel higiénico y con mis manos intentaba con violencia sacarme los mosquitos de encima, que les cuento me masacraron.
No podía avanzar más, así que armé mi carpa ahí mismo (bueno, no exactamente ahí mismo) todo bajo el brutal acoso del mosquito siberiano, célebre entre los rusos y turistas.
Pasaron varios días y ya estaba de camino desde el lago Baikal, donde había parado a descansar y Ulan Ude, la capital de la república de Buryatia, de la cual les voy a hablar luego cuando me levantó un viejo camión Kamaz. Eran cerca de las 9 de la mañana. El tipo tenía una terrible resaca y viajábamos a menos de 60 km por hora (no le daba para más al viejo camión) como Ulan Ude no estaba muy lejos me armé de paciencia y le puse buena cara al asunto. El tipo no hablaba mucho, parecía que incluso hablar le producía dolor. No pasó mas de media hora que paró en una tienda. Yo lo esperé en el camión. Volvió con dos latas de coctel, black russian, básicamente vodka y licor de café, bastante sabroso, no se los voy a discutir, pero era un poco temprano. Igual lo acompañe con la bebida (también para evitar que él se lo tomara) y seguimos. Paramos alrededor de 2 horas después. El tipo se me dormía así que compró dos latas de speed con vodka. Yo en ese momento empecé a insistirle que deberíamos comer algo. El no quería saber nada con ello, así que compré un par de pierogis (empanadas rusas) y seguimos. Varias veces le ofrecí pero no quiso. Yo bebí, pero también comí. Era domingo y en la ruta no habían muchos autos lo que me dejaba tranquilo, igual se imaginarán fue un gran esfuerzo prestar atención al camino. No pasó una hora que hicimos la tercera y les adelanto última parada antes de llegar a Ulan Ude. Esta vez el tipo se decidió por bloody mary. Este genial cóctel es normalmente complicado de hacer, aparte del vodka y el tomate, hay que verdaderamente conocer las proporciones y despúes hay que poner sal, pimienta y tabasco, no es fácil, ni les cuento las veces que en un bar me han dado un bloody mary demasiado salado y eso no se arregla con nada.
Bueno, el bloody mary en Rusia es más... digamos, elemental. Se bebe un shot de vodka y despues un poco de tomate... nada se mezcla, nada de sal, pimienta, tabasco y tampoco por ningún lado aparece un apio.
Siendo que les estoy escribiendo sabrán que nada pasó. Llegué un poco borracho a la ciudad y con no pocas dificultades llegué a lo de mi host, eso sí, con una sonrisa inmensa y con la remera manchada con tomate. Respecto a mi camionero, me alegra pensar que la velocidad de su camión y lo desierto de las rutas siberianas lo van a mantener a salvo y que podrá seguir viviendo y bebiendo sin pasar a engrosar las estadísticas de accidentes de tránsito.
Ulan Ude me encantó. La república de Buryatia es hogar de un grupo étnico que responde al mismo nombre, primos o hermanos de los mongoles. A pesar de ello sólo el 30% de la población responde a este grupo étnico y en su mayoría son budistas tibetanos aunque también hay una buena cantidad de "chamanes amarillos", se les llama amarillos porque incorpora rituales y tradiciones budistas y el color se refiere al color de los sombreros que utilizan los budistas tibetanos durante sus celebraciones.
El centro de la ciudad está lleno de viejas casas de madera, típicas en toda Rusia como ya saben, pero en este caso están todas muy bien mantenidas y con numerosos detalles. Por otro lado, en Ulan Ude se encuentra la cabeza de Lenin más grande del mundo.
Esto marca la presencia de un chamán en la casa
Vladivostok fue la última ciudad que visité antes de cruzar a China. La ciudad se encuentra tanto cerca de China como de Corea del Norte. La ciudad es muy bonita, con varias colinas y la mayor cantidad de autos japoneses que he visto. Y todos con el volante del otro lado.
Este edificio con algunas ventanas rotas es la facultad de ingeniería :p
Lo logré carajo!!!!
IDOLO!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarExcelente Jordan, sigue adelante.Luis
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSólo una duda, qué pasó con la rusa encantadora, profesora de tango???
ResponderEliminartremenda la Facu la Ing poshiiito jajaja. Tb falto la profe de Tango jaja
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Iordan!!Еще больше искренних эмоций и чуств и будет очень красивый дневник для публикаций.Иордан-вот последний кадр во Владивостоке сопровождеется ЕБЁТ!! Не хорошо на русском звучит! Но я думаю не стоит употреблять этот Fuck! другой раз. А вообще ты достоин высокой оценки за риск и упрчмство в путешествии. Твой друг Владимир.
ResponderEliminarHola Jordan! Soy Uri Trullàs, un aventurero de Barcelona. Podrías contactar conmigo? Quiero comentarte un par de cosas sobre cruzar siberia pero no veo tu contacto en ningun sitio! hhaha gracias tio!
ResponderEliminarHola Uri, podes escribirme a griotti@gmail.com
EliminarTe escribí en hangouts, no se si recibiste la invitacion