Suzhou es sin lugar a dudas mi ciudad preferida en China. Muy cerca de Shangai, una hora en tren. El casco antiguo de la ciudad está lleno de canales. Uno puede pasar días recorriendo hermosas pagodas, los más bellos jardines de todo china (para los cuales hay que pagar para entrar) y canales. Por algo la llaman la Venecia del Este. Una hermosa ciudad antiquísma, centro de la cultura Wu y uno de los principales destinos turísticos de China.
Creo que las fotos hablan por sí solas.
De Suzhou partí a Hanzhou. Una ciudad muy famosa por su hermoso lago y por sus pintores y poetas que se inspiraron en su paisaje... No me impresionó mucho realmente :p
Lo interesante sucedió nuevamente en la autopista. Cuando de Hanzhou partí haciendo dedo para Guilin, la cual está a nada menos que 1.300 km, una cifra bastante respetable para China. Mi primer auto me llevó de un peaje a otro. No más de 20 minutos en el auto, pero me dejaba directamente en el camino a Guilin. El auto era un mercedes, e iba lleno de gente. Permítanme ser un poco más claro. En el asiento de adelante venían dos chicos de cerca de 40 años. En el asiento de atras venían 3 chinas, minones infernales, de cuerpos sorprendentemente esculturales y con polleras y escotes que no dejaban absolutamente nada a la imaginación. Cargué mi mochila en el maletero y me senté con las chicas a las cuales tenía prácticamente arriba. Todavía estoy seguro de que eran prostitutas. Normalmente se las ve en supuestas casas de masajes, sentadas cerca de la vidriera aburridas mirando televisión. Bastante menos extravagante que en la zona roja de Amsterdam. Ahora las tenía a todas encima. Mentiría si no reconociera que se me pasó por la cabeza preguntarles el precio, motivado sólo por mi interés de saciar la curiosidad de ustedes obviamente, pero no lo hice. Nadie hablaba inglés así que la comunicación fue poco más que nula.
Después de sólo 20 minutos me dejaron en el peaje. Un poco desilusionado lo reconozco, esperaba viajar con ellos un poquito más, pero bueno, finalmente tendría suerte.
Aunque la suerte tardaría cuatro horas en llegar. Las horas que quedé atrapado en ese peaje. Nadie absolutamente nadie seguía derecho por la autopista. Todos en el peaje se desvivieron por ayudarme. Interrogaron a todos los conductores nada. Un policía me hizo un nuevo cartel, cuando lo miré un poco desconfiado me indicó que tenía experiencia y me mostró en su teléfono fotos de extranjeros con sus mochilas que como yo habían estado en ese peaje.
Finalmente un tipo joven, cerca de los 30, con un perfecto inglés y su madre me levantaron.
El tipo no iba ni remotamente cerca de donde yo tenía que ir. No iba incluso en la dirección correcta, pero me dijo que me ayudaría.
Yo obviamente sabía lo que significaba, me llevaría a la estación de tren. Le expliqué como siempre que viajaba con muy poco dinero y no podía pagar un tren. Como siempre me dijo que no había problema.
Ya estaba muy lejos del peaje así que me resigné y pensé en que lo mejor sería tomar un tren hasta un poco más adelante donde retomar la autopista.
Para mi sorpresa el tipo me pagó el tren (tercera clase, sentado) y no sólo eso, me dio 500 yuanes, por lo que entre el dinero y el pasaje me dio 100 euros. Me quedé helado, no lo podía creer, casi me largo a llorar y lo beso.
El tren, bueno, ya se imaginarán, pero ahora imagínense 21 horas... no quiero entrar en detalles pero si recuerdan mi otra experiencia vivida en los trenes en China, bueno, esto fue más largo, más duro, mas sucio y más ruidoso... y obviamente no pude pegar un ojo en toda la noche.
Creo que las fotos hablan por sí solas.
De Suzhou partí a Hanzhou. Una ciudad muy famosa por su hermoso lago y por sus pintores y poetas que se inspiraron en su paisaje... No me impresionó mucho realmente :p
Lo interesante sucedió nuevamente en la autopista. Cuando de Hanzhou partí haciendo dedo para Guilin, la cual está a nada menos que 1.300 km, una cifra bastante respetable para China. Mi primer auto me llevó de un peaje a otro. No más de 20 minutos en el auto, pero me dejaba directamente en el camino a Guilin. El auto era un mercedes, e iba lleno de gente. Permítanme ser un poco más claro. En el asiento de adelante venían dos chicos de cerca de 40 años. En el asiento de atras venían 3 chinas, minones infernales, de cuerpos sorprendentemente esculturales y con polleras y escotes que no dejaban absolutamente nada a la imaginación. Cargué mi mochila en el maletero y me senté con las chicas a las cuales tenía prácticamente arriba. Todavía estoy seguro de que eran prostitutas. Normalmente se las ve en supuestas casas de masajes, sentadas cerca de la vidriera aburridas mirando televisión. Bastante menos extravagante que en la zona roja de Amsterdam. Ahora las tenía a todas encima. Mentiría si no reconociera que se me pasó por la cabeza preguntarles el precio, motivado sólo por mi interés de saciar la curiosidad de ustedes obviamente, pero no lo hice. Nadie hablaba inglés así que la comunicación fue poco más que nula.
Después de sólo 20 minutos me dejaron en el peaje. Un poco desilusionado lo reconozco, esperaba viajar con ellos un poquito más, pero bueno, finalmente tendría suerte.
Aunque la suerte tardaría cuatro horas en llegar. Las horas que quedé atrapado en ese peaje. Nadie absolutamente nadie seguía derecho por la autopista. Todos en el peaje se desvivieron por ayudarme. Interrogaron a todos los conductores nada. Un policía me hizo un nuevo cartel, cuando lo miré un poco desconfiado me indicó que tenía experiencia y me mostró en su teléfono fotos de extranjeros con sus mochilas que como yo habían estado en ese peaje.
Finalmente un tipo joven, cerca de los 30, con un perfecto inglés y su madre me levantaron.
El tipo no iba ni remotamente cerca de donde yo tenía que ir. No iba incluso en la dirección correcta, pero me dijo que me ayudaría.
Yo obviamente sabía lo que significaba, me llevaría a la estación de tren. Le expliqué como siempre que viajaba con muy poco dinero y no podía pagar un tren. Como siempre me dijo que no había problema.
Ya estaba muy lejos del peaje así que me resigné y pensé en que lo mejor sería tomar un tren hasta un poco más adelante donde retomar la autopista.
Para mi sorpresa el tipo me pagó el tren (tercera clase, sentado) y no sólo eso, me dio 500 yuanes, por lo que entre el dinero y el pasaje me dio 100 euros. Me quedé helado, no lo podía creer, casi me largo a llorar y lo beso.
El tren, bueno, ya se imaginarán, pero ahora imagínense 21 horas... no quiero entrar en detalles pero si recuerdan mi otra experiencia vivida en los trenes en China, bueno, esto fue más largo, más duro, mas sucio y más ruidoso... y obviamente no pude pegar un ojo en toda la noche.
Muy lindas fotos Jordan. Un abrazo!
ResponderEliminarJordan;Recien me estoy entrando del blog:que experiencia1! te sigo Un abrazo daniel
ResponderEliminarqué buena gente!....bancarte con tanta $ y onda...qué lindo man :)
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