26 de abril de 2010

Comida rápida

Si hay algo maravilloso en Rusia es su comida rápida. Es muy rica, variada... me gustaría decir que barata... digamos que es barata, no para un humilde y pobre sudaca, pero para el resto, me imagino que es barata.
Más teniendo en cuenta que el punto de comparación es un pancho, una hamburguesa o una empanada, alimentos simples, baratos, pero en general, poco llenadores.
La comida rápida rusa es un tanto más llenadora.

Esta entrada tiene el simple objetivo de ocupar espacio y de mostrarles al mismo tiempo algunas de las extraordinarias maravillas culinarias en el mundo de la comida rápida.

Si bien está lleno de comidas fantásticas, me voy a detener en solo un par. La fabulosa Kroshka Kartoshka, el llamémoslo pancho o hot dog, el muy querido y conocido shawarma y el blini. Algo muy típico en la comida rusa, sea comida tradicional o comida rápida, y que aunque típica, no voy a comentar aquí es el borsh, la sopa de remolacha.

La Koshka Kartoshka es basicamente una papa con cáscara, abierta y mezclada con manteca y queso. A eso le ponen algunas salsas arriba (desde salmón, hasta carne, pasando por quesos y ensaladas). Mayor cantidad de salsas, mas platita. En general hay espacio como para poner 3 salsas. Unos 13 $AR / casi 4 U$S



Los puestos de salchichas tienen la ventaja de tener el producto a la vista. Es fácil dejarse seducir por una de esas apetitosas salchichas.



A estas maravillosas salchichas las sirven de tres maneras diferentes. El primero que no me hace mucha gracias es en un pan de hamburguesa (para la salchicha enrollada) El problema en este caso es que no hay mucho lugar para ponerle cosillas extras encima.
El otro sistema es metida dentro de un pan. Como un pan de pancho pero completamente cerrado. Es un buen sistema para evitar tirarse salsa encima, pero no deja mucho lugar para poner más que salsas.
El tercer sistema, mi favorito, es el tradicional pancho en forma de V. Ese mismo que permite dar rienda suelta a las extravagancias y ponerle lo que uno tiene a mano encima. Eso sumado a la posibilidad de comer una salchicha envuelta en panceta... casi me atrevo a decir que es un milagro. Unos 10 $AR, 3 U$S



El tradicional shawarma no merece muchas aclaraciones, es como en todos lados, es siempre rico, un ligero toque picantón y buenas probabilidades de salpicaduras.
Una curiosidad al respecto del shawarma es que conocí muchos moscovitas que no lo comen, por desconfianza. Dicen que donde hay puesto de shawarma hay pocos perros... ya he escuchado eso en otro lado. 8 $AR, 2,5 U$S



El blini más conocido por nosotros como panqueque, es una muy antigua comida rusa, de los tiempos paganos. Se come a toda hora del día, puede ser con dulces o con pollo, carne o verduras. También sería comparado como un canelón, pero se come con las manos.

24 de abril de 2010

Que linda primavera

Que lo pario con esta primavera. El viernes me levante para ir a la Embajada de Tayikistán y hacian 3º con lluvia, por la tarde nevó un rato. Hoy domingo nevó nuevamente por la tarde. Excepto el martes tuvimos chaparrones toda la semana con temperaturas que raramente superaron los 10º. A pesar de ello los moscovitas están empecinados con que esto es primavera, y se niegan a sacar la ropa de abrigo. En el subte se los ve con solo una remera y una camperita, en la calle se retuercen del frío pero se niegan a abrigarse, es casi como una declaración: esto es primavera carajo.
Esto me recuerda una conversación con mi primer anfitrión al respecto del verano en Moscú... es cierto que no es una verano muy largo, me decía, pero comparativamente con otras partes de Rusia es el caribe. Dos amigos en Murmansk se reúnen (ciudad en el extremo norte de Rusia) y uno le pregunta al otro: y que hiciste este verano? -Nada, ese día estuve enfermo, jajaja.

Bueno, ahora lo que debía, una descripción de algunas de las características de Moscú... y por supuesto, algunas fotos de esta hermosa ciudad.
Es como les digo una hermosa ciudad, de colosales edificios, difícilmente abarcables con la cámara de fotos.




Aquí tenemos la célebre Lubyanka, antigua sede de la KGB y prisión anexa.


Moscú tiene poco mas de 10 millones de habitantes, es la ciudad más poblada de Europa. Está localizada a ambas orillas del río Moscova donde tiene tres puertos que permiten la conexión con el océano Atlántico y el océano Glacial Ártico. Además posee cuatro aeropuertos internacionales, nueve estaciones de tren y una red de subtes con 10 líneas. La plaza roja no requiere mayor presentación. Se encuentra en el centro mismo de la ciudad. En la entrada a la plaza roja se encuentra el kilómetro 0 y desde allí la ciudad toma forma de anillos concéntricos con la plaza roja y su distrito como centro. Se puede apreciar levemente su forma en la foto de este mapa.



Mmmm si bien no necesita presentación. No puedo evitar poner unas fotitos de la plaza roja y del kremlin, disfruten




El hecho de que la ciudad tenga esta forma requiere diferentes tipos de "calles". Existen los pospekt, que son digamos avenidas de hasta 8 carriles en algunos casos; Las ulitsas, que son las calles; y los piereulok que como no estoy muy seguro de traducirlo, los voy a llamar: callecitas de mierda. A la mayoría nadie las conoce, muchas son muy cortas que casi no merecen existir, en general no van derecho. Es probable que empieces a caminar y antes de que te des cuenta estas caminando en sentido contrario, en la misma calle. Cada vez que alguien me da una dirección y leo piereulok, (que es lo más normal por supuesto) me agarro la cabeza y salgo con tiempo pensando que voy a necesitar media hora más. El mapa no ayuda mucho pero tal vez les permita imaginar al menos un poquito, el caos que puede representar caminar en Moscú... jojojo no quiero ni pensar lo que puede ser conducir... sólo valientes.



Ahora, ¿qué hay de los peatones? Para los peatones la ciudad está llena de cruces peatonales subterráneos. Es más en gran parte de la ciudad es la única forma de cruzar la calle. Inmensas galerías de techos en general bastante bajos que se pueden extender varios cientos de metros. En su mayoría están llenos de negocios.
No siempre es fácil encontrarlos. Uno de los primeros días me pasó que caminé cerca de 10 cuadras, pensé caería en la locura!, y no podía cruzar, como loco caminaba y en ninguna esquina encontraba un cruce... para mayor dificultad, el nombre en ruso de estos cruces no es fácil. Ahí estaba yo, caminando desesperado sin la libertad de simplemente cambiar de vereda (obviamente todas las cosas interesantes estaban del otro lado.



En la superficie también existen cruces peatonales, aunque no son tan usuales, y son más peligrosos. Su peligro radica en lo mal que conducen los moscovitas... Evitemos hacer un juicio de valor. No es que conducen mal, solo es que no cumplen con las leyes de tránsito. En cruces de avenidas, donde uno espera que por la cantidad de tráfico (la avenida Prospeck Mir tiene 6 carriles si mal no recuerdo) el tráfico sea más ordenado, he visto autos, muchos!!!, pasar en rojo, dar vueltas en u, estacionar en las esquinas. Por momentos da la impresión que las reglas dependen del tamaño o valor de tu auto. En el más bajo eslabón de la cadena se encuentra el viejo Lada soviético. Esa cafetera con ruedas es increíble que haya sobrevivido tanto años. Arriba en la cadena alimenticia se encuentran una gran cantidad de autos, siendo los mercedes y principalmente las ultimas camionetas tipo land rover, los mayores depredadores. Ahora, existe algo por encima de todos esos autos, algo a lo que no estamos normalmente acostumbrados, los autos de los burócratas.
Aunque parezca sorprendente uno de los fenómenos que mejor ejemplifica esa burocracia como capa social privilegiada y dominante, como una clase aparte y consciente, es el tema de los autos. Si bien uno puede pensar que es lógico que cuando pasan los altos mandatarios de un país el tráfico se detenga completamente, dando prioridad de paso a las autoridades, en Rusia dan un pasito mas. Existen infinidad de autos con sirena. Estos autos pertenecen a miembros del gobierno, pero no con tan alto rango y tampoco es una cosa de unos pocos. En el centro están en todos lados. Ellos pueden pasar semáforos en rojo, transitar en contramano, ignorar cruces peatonales, y cosas que ni las ambulancias o la policía harían.



Como pueden suponer, estos autos generan muchos accidentes y los peatones tienen que ser muy cuidadosos, al extremo de mirar para los dos lados en una calle, independientemente de que sea de una sola mano.

Otra cosa, un poco más simpática es el tema de los taxis. Aunque existen típicos taxis oficiales, amarillos y negros como en todos lados, no he visto muchos, un par cerca de un hotel, algunos cerca de la plaza roja, pero nada mas. No se los ve por ningún lado. La razón de esto es que cualquier auto es un potencial taxi... obviamente no esperes que te pare un mercedes. El sistema es muy simple. Vas por la calle, levantas la mano, un auto se detiene (nunca tenés que esperar mucho, incluso en la noche), conductor e interesado hablan, negocian y si se llega a un acuerdo, el conductor lleva al “cliente” al lugar indicado por el precio acordado. Curioso, no?

Ahora, antes de terminar esta entrada, les voy a comentar un poco respecto a mis experiencias más del tipo académico laborales, que si bien, todavía no he conseguido importantes avances, ha sido bastante divertido. Esto es debido a la preocupación de algunos profesores y compañeros que temen que tantas bellas rusas me hagan olvidar el objetivo del viaje... no teman, o por lo menos, no mucho
Antes que nada les cuento del seminario al que asistí. La misma era sobre Rusia y el mundo contemporáneo, tenía 12 paneles, en ruso y en inglés. Si bien el Instituto de Política y Economía, donde se hizo el seminario, no lo conocía nadie, pensé que sería una buena oportunidad para conocer otros estudiantes, profesores y miembros de centros de investigación.
El instituto era chico, pero bastante lindo. Al llegar me explicaron básicamente como se iba a organizar el seminario, me dieron el material y ante mi pregunta respecto a como se haría la traducción, me explicaron que me darían un traductor para todo el seminario. Imaginen mi sorpresa cuando descubría que el traductor no era un aparatito para poner en las orejas, sino una persona de carne y hueso.
En el plenario de bienvenida eramos 1/4 extranjeros 1/4 traductores de esos extranjeros y el resto rusos. La idea de tener a tantos traductores haciendo traducción simultanea me parecía un tanto descabellada, pero espere a ver que tal.

Ya cuando comenzó el rector a hablar noté un problema... mi traductora no traducía. Como el ruso que hablara era claro, no era un vocabulario muy complejo y era obvio que nos estaba dando la bienvenida, no me pareció tan extraño, y decidí ignorarlo.
El siguiente orador era un tipo bastante conocido y ya no era parte de la bienvenida, no recuerdo exactamente de que hablaba, pero ya era parte del seminario. Mi traductora estaba muda, simplemente miraba. Yo estaba estupefacto, no estaba seguro de que hacer, así que opté por estimularla con un leve codazo. Cuando me miró interrogante puse mi mejor cara de ¿qué carajo está hablando este ruso? ella me entendió y me dijo que hablaba de no se, ponele, Rusia y la administración pública. El tipo hablaba, mostraba filminas llenas de información y ella me traducía el título... yo la iba probando. Le pedía que me tradujese una filmina, con dos párrafos completos y ella me decía... aaa acá está hablando de la necesidad de invertir en el sector de las computadoras en Rusia...
Después de unas tortuosas horas en las que le tuve que sacar información con tirabuzón, y luego de confesarme que estaba sólo en su segundo año de la carrera de traductorado (lo que no hubiese sido grave si no me hubiese confesado que le costaba entender las películas en inglés). Imaginaran que no veía con muy buena perspectiva mi participación en el seminario.
Ese día, jueves por cierto, tuvo dos cosas positivas. La primera fue el copetín... impresionante... un montón de fiambres, bocaditos, frutas, vinos y licores... comí y bebí, obviamente con mucha delicadeza y haciendo uso de la servilleta. Estuve muy prudente hasta que intenté hacer beber un vino francés fantástico a un profesor de Mozambique que resultó ser musulmán, un tipazo realmente, nos reímos bastante.
También tuve la suerte de conocer a un profesor de Perm que trata temás parecidos a los de mi investigación y que tengo que ver el mes que viene y a dos bellas profesoras de Krasnodar que me ofrecieron contactos en Daguestán y en Chechenia y también alojamiento en su ciudad.
Las profes Anna y Tania


Con los centros de investigación todavía no he tenido mucha suerte. Espero el 6 o el 7 de mayo tener algunas reuniones, para poder partir pronto hacia el sur. mientras les adelanto que estoy viajando esta noche a San Petersburgo, así que espero poder estar enviándoles novedades en estos días desde esa hermosa ciudad.
También en esos días de mayo espero reunirme con el comité de asistencia cívica. El mismo se encarga de asistir a los refugiados que llegan a Rusia... nota al margen, cuando llegué la señora que me atendió pensó que era un refugiado afgano. Me dio las formas para llenar, yo estaba un poco confundido, no entendía que me decía... finalmente nos dimos cuenta del error y hablé con quien correspondía. Me gustaría hacer un voluntariado con el comité... veremos que pasa.

Finalmente les muestro algunas fotos de lo que fue mi primera salida a bailar en Moscú. Fue en un pequeño, pero muy lindo bar, era muy chico para ser una disco, pero igual bailamos y nos divertimos muchísimo.

Andrei, mi primer anfitrión



Irina es una amiga, es profesora de español, y aparte baila tango

Michael que por cierto vive con Andrei

13 de abril de 2010

Fin de semana movidito

Hola a todos, siento haberme demorado tanto en escribir esta segunda entrada, pero aquí estamos. Mi primer fin de semana en Moscú, no cuento el primero ya que estaba en estado comatoso por el viaje. Tuvo diversas actividades y al mismo tiempo pude aprender algunos detalles de la cultura rusa.

El viernes por la noche me reuní con quien va a ser mi próxima anfitriona. Oksana, una rusa originaria de Siberia. Me cito en un café cerca de una estación de subte cruzando la ciudad. Como corresponde llegué 15 minutos antes (si, no me pregunten como, no importa donde estoy, es un don)
Adentro no ví a nadie así que esperé afuera. Cuando ya estabamos en hora me mando un mensaje avisandome que estaba atrasada 10 minutos. Siendo mi primer experiencia con la impuntualidad rusa, y siendo que no había sido advertido de la misma, ingenuamente le dije que no había problema y que la esperaría adentro (nunca nos habíamos visto) busque una mesa y esperé. Pese a los repetidos intentos de una simpática pero un poco molesta moza esperé sin pedir nada. Así pasaron 20 minutos, hasta que me escribió preguntándome en qué café estaba... una pregunta que realmente no esperaba. Le expliqué que estaba en el café que ella me había indicado. Pasaron 10 minutos mas... para hacercelas corta espere 1 hora. El café en que yo estaba era parte de una cadena nacional. Era como citar a alguien en el havana de florida.... cual sería la pregunta correcta?

Antes de pasar a describir las actividades del sábado, voy a retroceder un poco y voy a contarles del jueves, siendo que las personas con las que estuve el sábado, las conocí el jueves. Con mi primer anfitrión fuimos el jueves a la noche a la casa de uno de sus amigos. Un edificio no en un muy buen estado. Hace unos años era un edificio tomado, pero ahora pagan un mínimo alquiler. En su mayoría viven artistas, tienen sus talleres, hay un pequeño salon donde enseñan baile, y el resto son algunos departamentos muy chiquitos.






En la casa pasaron dos películas, una georgiana de los 60 y otra de Tarkovsky. Las dos en ruso... obviamente no entendí nada, pero pude conocer a varios interesantes personajes. Algo que me pareció muy interesante, que conocía pero que dudaba de su actual aplicación, son dos costumbres sobre el entrar a una casa. Primero no se saluda estando uno de un lado de la puerta y otro estando del otro. Se pasa y se saluda adentro, es de mala suerte no hacerlo. Al entrar hay que dejar los zapatos y se entra o descalzo o los dueños de casa te ofrecen unos zapatos o escarpines. Hasta ahora me ha tocado andar con mas medias (menos mal que compre medias nuevas y deje las que tenían agujeros)



El sábado temprano quedamos esta gente en hacer un viaje afuera de la ciudad. La idea era viajar hasta la estación de subte mas lejana y desde ahí tomar un colectivo hasta la dacha (casa de verano)
Teniendo en cuenta que tenía que llegar a las 12 a la estación sali con una hora de anticipacion. Mientras trataba de manejar con una mano la mochila y el jugo, al tiempo que con la otra comía un sandwich y hablaba por el celular, me equivoque y tome una conexión equivocada. La peor parte fue que no me di cuenta en el momento, si no pasadas un par de estaciones, obviamente. Me tomo más tiempo del que me atrevo admitir el darme cuenta de mi error. Retomar la estación correcta tomaría demasiado tiempo, por lo que le escribí a Illya avisandole que no creía llegar a tiempo. Es más, estaba seguro.
Illya me respondió con un “trata Jordan, trata”. Llegué 15 minutos tarde. Excepto dos chicas que por suerte me reconocieron no había llegado nadie. Illya llegó media hora tarde y nuestro guía mas de 45 minutos. Esto concluye mi análisis al respecto de la puntualidad de los rusos...

Hasta la noche estuvimos en la dacha, tuvimos que cargar agua de un pozo del barrio, cortar leña, limpiar la casa que no se usaba desde el otoño pasado. Comimos bien, tomamos otro tanto, escuchamos un poco de música y volvimos a la ciudad a medianoche.
La pasamos muy bien. Pueden ver algunas fotos de distintas dachas y del grupo con el que estuve.








Al llegar a la ciudad nos llamaron avisándonos de un cumpleaños en los bosques de las afueras de Moscú. Como era de esperarse, y muy a mi pesar ya que el frío empezaba a calarme los huesos, salimos para alla. Finalmente fuimos solo Illya y yo. Nos tomó un tiempito encontrarlo, por desgracia no tengo fotos porque estaba muy oscuro. En la ultima estación de subte nos tomamos un taxi, avanzamos un par de kilómetros y nos encontramos con un gran bosque, pegado a Moscú. Nos metimos y finalmente vimos el fuego donde habían solo 6 personas. Charlamos un rato, después empezaron un juego que nunca entendí, y cuando la temperatura nos quebró, cuando se puso horriblemente frío, partimos. Siendo que en Moscú el transporte público solo trabaja hasta las 1 de la mañana y siendo las 4, nos quedamos en el departamento de una de las chicas. Ahí dormimos sobre la alfombra, no sin antes tomarnos un te para devolver el calor al cuerpo.

El domingo nos levantamos y partimos a un festival en la calle Arbat, que es una peatonal muy céntrica, muy bonita, normalmente dominada por artistas callejeros, pintores y cosas por el estilo. Nos divertimos mucho. No había música, así la gente simplemente caminaba por la calle. En todos lados habían chicas con carteles ofreciendo besos o abrazos gratuitos, cada par de cuadras aparecían algunas personas con tambores, y donde corta Arbat algunos autos pusieron música, así que bailamos un rato. Muy lindo, los moscovitas están encantados con la llegada de la primavera. Primavera como siempre es tal. Los días llegan a 15 grados, pero las mañanas son frías, las tardes también y las noches pueden ser crueles.
Aca les pongo algunas fotos del festival... los dejo por ahora y nos vemos otro día
Besos




Illya y su hermana Masha


Un grupo de señoritas de Malasia

5 de abril de 2010

La llegada

Hola a todos desde esta, mi primera entrada. Como acabo de llegar espero comprendan la falta de fotos y de novedades. Fue un fin de semana corto y con pocas actividades, pero les cuento lo más destacado de mi arribo a la “primaveral” Moscovia.

Antes que nada les cuento que el viaje se hizo bastante duro. En el tramo de Buenos Aires – Madrid nos pasaron 3 películas y todavía nos quedó un lindo tramo por delante. Llegue a Madrid con un fuerte dolor de cabeza (y con todas mis drogas en la maleta despachada) y sin nada para hacer tuve 6 horas eternas. En el vuelo Madrid – Moscú la cosa mejoró. Fueron cerca de 6 horas, me dieron, tras firmar una forma de consentimiento, un paracetamol. Eso, comida y un poco de sueño terminaron con mi dolor de cabeza. En el vuelo conocí a un periodista chileno que vive en Rusia desde hace 8 meses y una señorita llamada Lariza que vive en Moscú desde hace 6 años, de ascendencia musulmana pero que no me quiso decir de donde venía ni a que se dedicaba... que misterioso no? Tras prometerme que no era ninguna terrorista continuamos el viaje juntos. En el aeropuerto esperaba al menos el tratamiento habitual del aeropuerto de Israel o peor... me sorprendió la poca o inexistente seguridad del mismo. Primero, la chica que de migraciones que me atendió no entendía por qué no tenía visa. No me fue muy fácil pero le recordé que nuestros países desde el año pasado no se piden visa y finalmente me entendió y se acordó. Las maletas las tomamos y salimos... nadie nos paró ni se fijó por lo menos si las maletas eran nuestras... nada.

Desde el aeropuerto para llegar a la ciudad de Moscú es necesario tomar un tren ya que está un poco lejos. No recuerdo los kilómetros pero calculen que tuvimos 50 minutos de tren sin escalas. En el tren empecé a desarmar la valija extra que llevaba para así cargar solo con dos valijas. Los rusos que viajaban con nosotros se reían y me preguntaban si pensaba quedarme a vivir en el tren.

De ahí tomamos un subte ya que con Lariza vivimos a solo 4 estaciones y me bajé sólo en busca de la casa de mi primer anfitrión, Andrei. Nota al margen: los subtes merecen una entrada aparte, así que no voy a detallarles nada, ya que nada importante pasó y después les cuento que tal en otra oportunidad.

Cuando llegue a la estación caminé hasta la casa de Andrei, departamento muy difícil de encontrar. Ya había hablado con Andrei en el aeropuerto y sabía que el no iba a estar en el departamento, que un amigo me estaría esperando. Una construcción típica de la ciudad es la de bloques de apartamentos. Un edificio que ocupa al menos media manzana con varias entradas hacia un patio interno que sirve de estacionamiento, lugar a donde los niños juegan y acceso a los diferentes edificios. La cosa es que yo no tenía idea en que edificio tocar. Pregunté a unos adolescentes y me indicaron un edificio, toqué el numero 8 y me abrieron, subí los 8 pisos por la escalera ya que el ascensor no funcionaba, con todos los bártulos encima por supuesto, para descubrir que no era allí. Bajé los 8 pisos sudando como un marrano (pese a estar bastante frío, tenía las 2 camperas puestas) y hablé nuevamente con los muchachos. Esta vez llamaron al celu de Andrei y así supe donde estaba el departamento. Por suerte el ascensor funcionaba. Allí conocí a x (el compañero de piso de Andrei cuyo nombre no recuerdo) y a Sveta, una bielorrusa que de paseo se enfermó en Moscú y que quedó con nosotros recuperándose. Todos muy buena gente, Andrei llegó un par de horas después. Comimos algo liviano y no tomamos vino ya que Andrei practica la cuaresma, esto significa que pasa 40 días sin alcohol ni carne. El domingo de pascuas terminó y lo festejamos tomándonos un par de vinos.

El mismo domingo Andrei tuvo que salir así que me tuve que hacer cargo de la enfermita. Esto significó hacer compras en la farmacia y en el supermercado. Si bien la farmacia no fue fácil el supermercado fue más que complicado. Ya es difícil hacer compras para otra persona en un mismo idioma, cuando por ejemplo no nos dan las especificaciones respecto a cuanto de grasa la manteca, o si la leche es descremada o no, cosas por el estilo. Imaginen en otro idioma. Finalmente me decidí por lo más práctico, compré lo más barato y listo.

Más tarde salimos a pasear y fuimos a ver el Kremlin y la Catedral de San Basilio, los dos iconos mas conocidos de Moscú. Es difícil sino imposible describir la majestuosidad de ambos edificios. Como mucho no estuvimos y planeo volver en un par de días por mas fotos y mas tiempo para explorar la zona no les voy a dar muchos mas detalles. El día termino tranquilo, con muchas cosas que organizar para mañana lunes. Tengo que hacer unos trámites con el servicio de migraciones rusas, y visitar 2 institutos. Andrei me prestó para mi estadía en Moscú un wifi en un usb gratuito, así que internet voy a tener sin problemas en Moscú.
Hablamos prontito, besos