27 de junio de 2010

Taganrog y últimos días en Sochi

Esta es la última entrada, en mi primer trimestre de viaje desde Rusia. Parto para Turquía, y si bien, tengo muchas expectativas por un viaje que siempre quise hacer, me voy con una cierta melancolía, se que voy a extrañar esta tierra y su gente, muchos buenos amigos, su comida y sus charlas, una ensalada de ruso, inglés y señas por que no.
Al empezar este viaje tenía un poco de miedo por las expectativas que había puesto en él. Pensaba que era muy probable que Rusia no cumpliría con tantas expectativas, producto de años de estudio de su historia y su literatura... como podría hacerlo? La Rusia de Gogol y Dostoievski se encuentra enterrada por un siglo de historia... como podría? Pero lo hizo... de alguna manera la Rusia de hoy es la síntesis de la Rusia zarista y la Rusia soviética... el resultado, una ensalada, un poco caótica, cruel por momentos, desentendida de la humanidad, pero al mismo tiempo con una gran humanidad, sincera, humilde y muy generosa. Muchas actitudes de los rusos hoy son reflejo de una traumática historia, llena de incoherencias y de injusticias. A pesar de ello no pierden las esperanzas... después de todo, como un pueblo puede perder las esperanzas?
Como te voy a extrañar Rusia, pero nos veremos nuevamente en 90 días, cuando tu eterna y por momentos graciosa y obviamente frustrante burocracia me permita volver a visitarte.
Se de un lugar al que seguro no voy a volver... Tuapce... si bien quería comenzar este relato por el principio, como corresponde, voy a, sólo por esta vez, comenzarlo por el final, y así empezar con un momento de angustia y frustración y terminar con uno de los momentos más agradables de mi viaje Taganrog.
Estoy escribiendo desde Sochi, esperando poder tomar el ferry a Turquía, ferry que no tiene ni fecha ni horario fijo, tengo que llamar todos los días para ver si sale o no, y cuando. Esto me produce una angustia extra ya que los días para llegar a mi fecha límite de 90 días en Rusia se acercan peligrosamente... finalmente no hay mayores problemas y consigo fecha, un par de días de lluvia amenazan la partida del barco, pero finalmente saldré en 2 horas. En Sochi estuve parando con una familia muy agradable, primos de Anna de Krasnodar... la profesora. Llegar a Sochi fue muy difícil, y finalmente caro. Salí de Krasnodar a las 10 de la mañana. 600 km separan los dos destinos. Como en 2 anteriores oportunidades, lo primero que necesitaba era llegar a la autopista, para lo que necesite 2 autos. En el segundo conducía un venerable sociólogo, padre de otro sociólogo, profesor de la universidad de Krasnodar, por lo que fue una muy agradable sorpresa. Una vez en la autopista me levantó un georgiano que me llevó hasta Dzdugva, en la costa del mar negro. Desde ahí me tomé un colectivo hasta Tuapce. El recorrido es verdaderamente hermoso. El camino serpentea montañas y el mar, en un momento tenía el mar a la derecha y las montañas a la izquierda. De repente, una curva y tenía el mar de frente y montañas a los lados, o de repente un acantilado, era verdaderamente hermoso el camino. Al llegar a Tuapce tuve la mala suerte que empezó a llover. Sólo 140 km me separaban con Sochi. El tren eléctrico no pasaba hasta el otro día, y el colectivo tenía un precio irrisorio, así que pensé en caminar, todo emponchado y con paraguas y cruzar la ciudad con la esperanza de que la lluvia sea pasajera. No tomó mucho tiempo para que la lluvia me diera un respiro y caminé a duras penas intentando atravesar la ciudad, buscando un buen lugar para hacer dedo. La ciudad, que en primer momento parecía un pequeño poblado no terminaba nunca... caminaba y cuando parecía que la ciudad terminaba, me encontraba con una curva y todo comenzaba nuevamente. Esto subiendo y bajando colinas, con todos mis bartulos a cuestas. No encontraba colectivos, los camiones que pasaban... porque sí, pasaban camiones, no paraba. La autopista había desaparecido y un solo camino serpenteaba las colinas mientras que la ciudad se asomaba tímidamente en cada curva. Yo seguía avanzando. Cuando me dio hambre y encontré un árboles con unos pequeños frutos, me acomodé y comí un poco... (algo típico en las ciudades rusas) sólo esperaba que no me diera diarrea. Caminé por poco más de 2 horas y la ciudad no terminaba. Finalmente sucumbí. Eran las 9 y el sol ya no era más que un debil reflejo en el horizonte, la temperatura había bajado hasta niveles insospechados y la lluvia me estaba castigando sin tregua alguna. Necesitaba parar, pero en el camino a mi izquierda tenía montañas y a la derecha un acantilado, esto cuando no habían casas, en general insertas sin un orden apreciable en los distintos montes que iba atravesando. No tenía donde poner la carpa. Cada par de kilómetros encontraba un descanzo, pero no era seguro, ni un recoveco donde esconderme, entonces seguí caminando. De repente encontré una parada de colectivo donde al menos podía refugiarme de la incesante lluvia. Al menos me dió un respiro. Sabía que no podía quedarme allí por la noche... podía pero no quería, así que dejé mis bolsos, tome coraje y me asomé a la ruta, ya no haciendo dedo, sino mostrando mi palma extendida, lo que indicaría que estaba dispuesto a pagar por el viaje. Siendo que la parada se encontraba en una pendiente bastante enpinada los camiones no podían parar, pero esperaba que finalmente algún auto se detuviera. Al mismo tiempo pensaba, que pese a parecer un bello lugar, no pensaba volver allí... sin auto es una ciudad imposible, mi espalda me volvía loco y no encontraba como salír de allí. Finalmente paró un vehículo... no pude ni regatear, con una sonrisa maldije mi suerte y con mucha paciencia me subí al auto... me podría haber pedido el doble de lo que me pidió e igual lo habría pagado...
El recorrido fue una sorpresa... podría haber caminado por días y el paisaje habría sido el mismo... la ciudad nunca termina. Si bien no es una ciudad, Tuapce y Sochi están unidas, 140km de casas, sanatorios y centros comerciales. Es la segunda area metropolitana mas grande del mundo... y yo esperando que en cada esquina termine.
El recorrido, incluso de noche es espectacular. Un poco lento, ya que nos tomó poco más de 3 horas. Serpentea, sube y baja las montañas. En todo momento a ambos lados, a diferentes alturas hay casas, sanatorios, clubes y distintos edificios. Largos puentes, el mar, un recorrido hermoso.
Al llegar a la ciudad el tipo este me dejó en la estación de trenes desde donde sabía que cerca estaba la casa de mis anfitriones. La lluvia nos castigaba duramente, así ya sin fuerzas me rendí y fuí con los taxis, dispuesto a no pagar más que la tarifa mínima. Me encontrñé con que todos eran georgianos. Me preguntaban si conocía a Mijail Saakashvili (presidente de Georgia)... yo les respondí en español que sí, que conociá a ese hijo de p... No tenía animos para ser políticamente correcto... al menos lo dije en español. Después de regatear con lo que parecía una convención de taxistas, conseguí uno que me llevó por el precio que yo estaba dispuesto a pagar. Llegué a casa, un buen café, una buena comida, una ducha y a dormir por 10 horas.

Algunas fotos de Sochı y alrededores










Si seguimos retrocediendo llegamos a Krasnodar. Ahí paré nuevamente en lo de Annya y con su madre... mis santos personales. Sin aviso les caí (me había fallado el anfitrión) y me recibieron con los brazos abiertos. Unas santas, mis angeles salvadores. Me quedé 3 noches. Uno de los días me reuní con Oksana ya que Olesya no podía (se acuerdan de las chicas de Anapa?) Si seguimos retrocediendo volvemos a Rostov del Don. Donde otra vez tuve problemas en la ruta... otra vez lluvia, si bien no fue tan problemático como Sochi y no tuve que pagar nada, fue duro. Salí de Rostov al mediodía y llegué a medianoche a Krasnodar... molido. Necesité 3 autos. El primero de ellos lo conducía lo que creo que era un ruso con mezcla de kasajo. No entendía nada de lo que hablaba. Claramente hablaba ruso, pero el acento era francamente indesifrable. Primera vez que me pasa. El “hola” y el “adiós” eran dificilmente entendibles... por suerte no avancé mucho en él. El segundo transporte era un camionero, que al principio quería dinero, pero a que refunfuño, lo convencí de que no tenía dinero y que igual quería que me llevara. Después de un rato de charla, me llevó a regañadientes. Me dejó a sólo 8 km de la ciudad de Krasnodar. Con tanta mala suerte que cuando me dejó empezó a llover. Cuando llueve obviemante las posibilidades de conseguir aventón disminuyen drásticamente. Avancé ya sin esperanza de conseguir aventón (ya eran cerca de las 23 horas) de noche y con lluvia, ya ni extendía mi brazo, solo caminaba, con la esperanza de que mi espalda y mis piernas me permitiaran sortear esos kilómetros, aunque secretamente no pensaba lograrlo. Por suerte la lluvia me dio un respiro y finalmente un auto, sin pedirlo, se detuvo y me ofreció llevarme. Un tipazo, no sólo me llevó a la ciudad, me llevó a lo de Annya. Cuando llegamos se bajó y me sacó una foto con todos los bártulos y mi cara de quebrado.
Tal vez se pregunten porque había salido tan tarde de Rostov. Era porque en realidad más temprano había salido de Taganrog. Desde Taganrog sólo necesite de un auto para llegar a Rostov. Me paró un auto deportivo, al principio no tenía nada de llamativo. El tipo tenía un restaurante de sushi en Rostov, y otro en Kiev, en Ucrania. Charlamos un rato, me dejó su teléfono para cualquier cosa llamarlo (espero obtener sushi gratis en mi próxima visita a Rostov) Cuando me bajé, al sacar los bolsos que tenía en el asiento de atrás note que el tipo tenía 4 o 5 fajos de billetes tirados en el asiento de atrás del acompañante. Esto me sorprendió, y disimuladamente saqué mis bolsos, haciendo el desentendido, lo saludé y partí. Pasé a saludar a mis amigos de la agencia de turismo ya que no estaba lejos y luego crucé el puente donde haría dedo.
En Taganrog estuve por 3 días. Mi anfitrión se llamaba Alexey. Cuando llegué a Rusia el me contactó y me dijo que si estaba en Rusia tenía que ir a Taganrog, lugar de nacimiento de Chejov y lugar de defunción del emperador Alejandro I.
Alexey fue un estupendo anfitrión. Su familia genial, comimos bárbaro y me la pase paseando por la pequeña ciudad que una vez tuvo la oportunidad de transformarse en capital del imperio, honor que finalmente tuvo San Petersburgo. El viernes conocí a una amiga de Alexei, Corina, estudiante de español, y fuimos a pasear. Conocí la casa donde nació Chejov. El sábado fuimos a un parque de diversiones de la era soviética, comimos fundue de queso y por la tarde fuimos a un bar donde tocarían unos amigos de Alexei.


Lo que parece... una sala de espejos con Alexei y otro amigo

La madre de Alexei y nuestro intento de mate... si, me hicieron tomar mate

Esta estatua refiere a un hermoso relato de Chejov

Corına y Alexeı



Casa de Chejov










La banda era bastante interesante y mantuvo al público interesado. En mi honor tocaron una canción llamada Argentina – Jamaica 5:0 y que prometo en la próxima entrada incluirla para que la puedan escuchar.
Una vez fuera del bar y con un nuevo grupo de amigos decidimos ir a la terraza del edificio de una de las chicas... cometimos el error de querer subir todos, 6, en el mismo asensor. Nos quedamos atrapados por poco más de una hora en un asensor de 2x2. Una de las chicas pudo llamar a su padre que llamó a los bomberos. Mientras estabamos todos encerrados y las paredes empezaban a sudar, para matar la claustrofobia una de las chicas sacó un libro de Anna Ajmatova, una gran poetiza rusa y se pasaron el libro mientras recitaban poesía. Los bomberos no llegaban, pero uno de los amigos del grupo, que habían llegado después y nos habían descubierto encerrados, consiguió una barreta y abrió a la fuerza el asensor... querida libertad!!!!
Nuestro heroe y el instrumento de nuestra lıberacion


Una vez liberados no nos quedamos esperando a la policía/bomberos, sino que decidimos partir hacia la plaza. Ahí nos quedamos un par de horas conversando y disfrutando de nuestra bien habida libertad.
El domingo temprano salimos primero a dar una vuelta por el puerto y la vieja Taganrog. Luego salimos hacia el cementerio y una iglesia dentro del cementerio. Resultó ser el día de San Pablo de Taganrog, el santo local. La iglesia y alrededores estaban lleno de creyentes. El espectáculo era sublime, tanta fe, y al mismo tanta esperanza puesta en... bueno, puesta en este santo cuya tumba se encontraba dentro de la misma pequeña iglesia. La mitad de la tumba dejaba al descubierto la tierra negra, sagrada, donde la gente se ponía de rodillas y simplemente la tocaba... algo típico ortodoxo, tocar, tocar los iconos, el manto del sacerdote, las paredes... es conmovedor poder verlo, y al mismo tiempo, desgarrador ver a la gente enterrar sus pastillas y rezarle al santo para que tengan efecto... no me pude quedar mucho viendo a la gente en un estado tan vulnerable, me sentía invadiendo un espacio que no era propio. Prendí dos velas en memoria de los papis y salimos a dar una vuelta por el cementerio.
Por la tarde fuimos a visitar a unos amigos a su depto, tomamos un te y después nos fuimos a preparar para una fiesta de egresados de la universidad. No se si será muy típico aca, pero al menos en esta universidad hacen varias fiestas una vez recibidos. Uno de ellas es para padres y amigos, pero otra es para profesores y alumnos. A esta fuimos. Alexei era profesor y yo fui como un invitado de este. Al principio pense que podría ser un poco incomodo ser el único desconocido en la fiesta donde había cerca de 60 estudiantes y unos 20 profesores, pero pronto me dí cuenta que no. Todos me dieron la bienvenida, las mujeres acercándose a charlar o al menos saludando, los hombres invitándome en los brindis. Bailamos largo rato y partimos a medianoche, al estilo de cenicienta, ya que al otro día teníamos que despertarnos temprano, yo tenía un viaje por delante y Alexei tenía que trabajar.

Con alexei, Corına, y Lilya

Mostrando mıs habilidades tipo Travolta!!!


Es todo por ahora, espero escribirles pronto desde Turquia. Un abrazo


Sección respuestas a los muy queridos amigos

1. Si querida primita, he tomado conciencia de la importancia de la crema... aunque todavía no tengo, como tampoco tengo aerosol contra mosquitos... pero está dentro de mis prioridades.

2. Hola tía, en realidad el tiempo para escribir no falta. No es difícil, cada un par de noches escribo un poco... sólo toma tiempo el subir las fotos. Respecto la transliteración del ruso al español hay convenciones sobre como hacerlo, así que no es nada difícil. Me alegro que te divierta el viaje. Te mando muchos besos, a todos por supuesto.

3. Mashi no voy a hacer caso a tus provocativas insinuaciones... portate bien, como la princesita coya que sólo se sorprende por la pregunta y deja a un lado las insinuaciones... Respecto a la camiseta, si coincido que debería haber buscado un mejor trueque... pero bueno, nunca fui bueno para esto del comercio.

17 de junio de 2010

Rostov y unos días en Anapa

Hola a todos, me tomo un tanto encontrar las fuerzas para sentarme y escribir esta entrada. Pese a que no han pasado muchos días, sí recorrí muchos kilómetros y conocí mucha gente.
Antes que nada les cuento de una novedad técnica. A partir de ahora llevaré un contador de kilómetros y autos utilizados. Lo podrán seguir arriba a la derecha del blog. Justo debajo de la foto. Estoy pensando en hacer un regalo al conductor del auto numero 100, aunque todavía no se me ocurre que.
Por otro lado he recibido numerosos pedidos, algunos públicos otros privados, solicitando la incorporación de fotos de bellas señoritas rusas.
Reconozco que han sido muy pocas las fotos, y es que debido a mi profesión de migratólogo es mi responsabilidad eliminar cualquier tentación que pueda inducir a una migración masiva. Por otro lado, no es fácil que las bellas señoritas se dejen fotografiar, a pesar de ello intentaré satisfacer al menos un poco la curiosidad de los caballeros.
La entrada anterior les había adelantado que Vasily, mi anfitrión en Rostov del Don, me había invitado, con su novia, a pasar el fin de semana largo (largo por una fecha patria sin mucha importancia para los rusos) cerca de la ciudad portuaria de Novorosiisk, en un camping universitario en Limanchik. Ahí habíamos quedado básicamente. Como no estaba en mis planes pagar el pasaje de tren, salí de la ciudad con la idea de hacer dedo hasta ese destino. La primera parte del recorrido era muy simple. Rostov y Krasnodar están unidos por una importante autopista, la misma que me llevaría hasta Novorosiisk. Como los chicos llegarían el sábado por la mañana, yo salí con la idea de parar con Annya en Krasnodar y el sábado tempranito salir hacia el sur.
El primer tramo del recorrido fue bastante simple, sólo la temperatura complicó un poco el recorrido, 36º. Casi toda la semana se mantuvo rondando esa temperatura. Sólo necesite dos autos para llegar en casi 4 horas a Krasnodar. Allí me encontré con la sorpresa no de que estaba la madre de Annya, cosa que ya sabía, sino que estaban rasqueteando y pintando el departamento... fue una dura tarde de trabajo se imaginarán. Al día siguiente salí bastante temprano decidido a no demorar varias horas en el camino. Para eso había decidido ignorar los viejos camiones Kamaz y buscar medios más veloces de transporte.
Sorpresivamente fue un poco más duro de lo que pensé, eso se suma a que no se cómo ni cuando, pero tomé la ruta equivocada y fuí, no por la transitada m4, sino por una ruta local. Por un momento pensé que me quedaría a vivir en Severskaya, un pequeño pueblito a unos 40 km al sur de Krasnodar, aunque finalmente me levantaron.
Después de una larga espera me levantó un auto con dos bellas señoritas (Olesya y Oksana) y con un pibe, todos rondando los 23 años. No les tomó mucho tiempo hacerme cambiar de parecer respecto a mi viaje, lo reconozco. Soy débil, sólo carne y hueso... y no mucha carne por cierto. Consecuencia de esto, cambié la dirección y terminamos en Anapa, técnicamente era Liman, pero muy cerca de Anapa, a unos 100 km pasando Novorosiisk
Olesya

Oksana a la izquierda, Olesya a la derecha

La región de Kranodar alberga los dos destinos principales para los turistas rusos en busca de la playa. Por un lado Sochi (para gente de mucha plata) y por el otro Anapa, mucho más accesible.
Hice una muy buena relación con las chicas. Las dos geniales. Con el pibe la conversación no era muy fluida, así que no puedo decir mucho de él. Acampamos en un monte que tenía un pequeño acantilado que terminaba en el mar. Había un caminito por el cual se podía, con mucho esfuerzo, bajar a la playa, y por el cual accedían los pescadores.
Puede no parecerlo en la foto, pero mis piernas son testigos de lo alto del acantilado (aunque no tan brusco lo reconozco)

Acampamos arriba. Si bien, no se por qué, originalmente tenía la sensación que el grupo tenía todo preparado y muy bien planeado, rápidamente me dí cuenta que no era así.
Tenían una carpa gigante para 4 personas. El problema era que tenían un parante roto, y la base arruinada por hongos. Era prácticamente inservible. Mi hermosa y pequeña carpita, era demasiado pequeña para albergarnos a todos, sólo dos personas pueden entrar si van sin equipo por cierto. Terminamos, obviamente, el pibe durmiendo en el auto, las chicas durmiendo en mi carpa y yo durmiendo al aire libre levemente cubierto por lo que quedaba de la carpa de las chicas. Me devoraron los mosquitos. Las piernas me quedaron a la miseria. Contabilice más de 50 picaduras en la pierna izquierda y algo menos de 40 en la derecha. Lo bueno es que después de tantas picaduras, uno deja sentir las piernas, así que no es tan grave.
Tendrían que haber estado ahí para ver a las chicas intentando espantar los mosquitos prendiendo un espiral al aire libre. Todavía me río... y me rasco.
Al otro día fuimos a un restaurante hippie-uzbeko, para llegar tuvimos que hacer dedo. (el pibe se había ido con el auto) Olesya tenía una bicicleta, así que con Oksana hicimos dedo en el camino más desolado que he visto. Por suerte el único auto que pasó, tanto de ida como de vuelta, se apiadó de nosotros, y si bien en ambos casos iban llenos, se apretaron para dejarnos entrar.
Aca con Olesya antes de emprender el recorrido

El camino

A la vuelta pasamos el día en la playa y por la tarde ellos se volvieron a Krasnodar y yo me encontré con Vladimir, se acuerdan de mi anfitrión en Nevinomiisk?
Les debía una foto. Esta es de cuando nos encontramos por primera vez en Krasnodar

El tiene un departamento en Anapa y un amigo suyo trabajaba cerca de mi campamento, así que nos reunimos con su amigo y fuimos nuevamente a la playa. Por la noche cenamos en un parador de un bielorruso amigo de Vladimir. La comida genial, comí como cerdito... las chicas no me habían alimentado correctamente, así que comí hasta el hartazgo... cantamos un poco... por mi parte canté "copa rota", que por cierto creo que es la única canción que me se de memoria, lo que es bastante triste. Finalmente dormimos en lo del amigo de Vladimir y al otro día salimos tempranito para Anapa.
En Anapa comimos, yo dormí un poco y me puse crema ya que estaba un poco coloradito por los días de playa y al mediodía salí con la idea de llegar en el mismo día a Rostov, objetivo que sabía era bastante ambicioso. Llegué destrozado tras 7 autos y mucho esfuerzo a las 2 de la madrugada. Como Vasily, mi anfitrión, no se encontraba, ya que llegaría al otro día por la mañana, le pedí asilo a una señorita que conocía de antes, y por la mañana volví a lo de Vasily.
Aca les pongo algunas fotos de Rostov del Don

Algunos problemas de mantenimiento











A no desanimarse si se te tuerce la casa, todo tiene arreglo

Esta foto genial es el interior de un asensor. Escrito con fibra negra a la derecha se puede leer "diseño de interiores" y abajo un número de teléfono.



Me gustó el tacho que pusieron debajo de la cañería para juntar el agua para los animales.




Si, es lo que parece, el palo que cruza horizontalmente los edificios sirve de soporte para que no se desmorone la pared del edificio de la izquierda!!!!

Este mosntruoso edificio que ocupa toda la manzana tiene una interesante historia. Era una fábrica de relojes, sí, de relojes. aunque al mismo tiempo era una fábrica secreta de partes de submarinos!!!

Este es un monumento soviético dedicado a los deportistas. Notese que en la mano derecha lo que sostiene es una granada!!!

En los días que estuve en Rostov... intentando pasar hacia Ucrania, terminé en una agencia de turismo donde conocí a un grupo más que interesante y divertido. Julia está aprendiendo español, así que yo le hablaba en ruso y ella me respondía en español... o al menos eso intentamos. Cuando nos trababamos recurríamos al traductor de google o en su defecto al inglés.
Aca con Julia, Evgeny y... no me acuerdo

Estaba caminando con el grupito y de repente Evgueny me pregunta: tu culo está listo para la aventura?? Cómo? pregunté, que si mi culo esta listo para qué?. Finalmente entendí que era una forma de preguntarme si estaba listo para aventurarme en un terreno que él consideraba peligroso. Por supuesto le dije. Así cruzamos los 4 a un terreno con varios edificios cerca del derrumbe. Uno de ellos era atravesado por una vertiente de agua que formó una pileta dentro del mismo edificio. Un grupo de personas aprovechaban el agua y lo usaban como pileta.





Otro grupo que conocí fueron los amigos de Vasily, mi anfitrión en Rostov. Eran todos músicos y uno de ellos bailarín.
En el medio, con la camiseta con rayas horizontales se encuentra Vasily, mi anfitrión en la ciudad.

Hay una perfecta explicación no gay para esta foto... no se confundan!!!

Finalmente, les cuento que otra vez tuve problemas con mi próximo destino. No pude obtener la visa para Ucrania. Reconozco que no lo intenté mucho, pero querían demasiado dinero y en la agencia de turismo, donde conocí a Julia, me convenció de viajar a Turquía ya que no necesitaba visa... no le fue muy difícil convencerme, lo único que me desalentaba era pagar el ferry. Así que ya sin muchas alternativas me voy para Turquía, me quedan pocos días, mañana salgo para Sochi, desde donde sale el ferry, y desde donde espero escribir la última entrada de este período en Rusia.
La alternativa... mucho más cercana a mi estudio reconozco era ir a Osetia del Sur... pero lo pensé bastante y encerrarme 3 meses en verano, en una república tan pequeña... mejor voy en invierno.

-Sección respuestas a los muy queridos amigos-
1. No voy a entrar en debate futbolero... All Boys a la primera???? me están jodiendo???
2. Intentaré publicar más fotos, pero depende de la conexión a internet, que es general es bastante mala. Igual creo que esta vez les cumplí, hay más de 30 fotos.
3. No Mashi, es cierto no creo que la carpa sea muy firme, pero resistió los embates del viento en el mar negro, igual por si acaso, la próxima vez lo pongo entre algunos árboles y la ato bien, no vaya a salir volando.