29 de agosto de 2012

China 2: Beijing y Shanghai

En este entrada les voy a mostrar un poco las dos mega ciudades más grandes de China y del mundo, Beijing y Shanghai. Ambas ciudades son mucho más caras que el resto del país, pero definitivamente vale la pena visitarlas. La cantidad de turistas chinos que vienen de todo el país para visitar principalmente Beijing y la Gran Muralla es impresionante.

En ambas ciudades hay que tener mucho cuidado con los estafadores que están constantemente a la cacería. Yo tuve mi encuentro con ellos, así que les cuento cómo me fue.

Estaba caminando en la plaza Tiananmen, donde nada pasó en 1989, cuando se me acercó una bella chinita, toda emocionada queriendo practicar inglés. Me presentó a dos de sus amigos, un tipo y una piba, todos muy agradables y con un nivel muy bueno de inglés. Charlamos y caminamos por el centro de la ciudad. Ellos también eran supuestamente turistas. Hasta ahí yo no sabía si eran estafadores o gente genuinamente interesada en conocerme. Como andaba sin dinero y solito decidí apostar en que podía hacer nuevos amigos y descarté la estafa.

Después de caminar cerca de una hora una de las chicas propuso tomar té. El lugar era bastante pulgoso y pequeño, parecía barato. En relación a las casas de té existen dos típicas estafas. Una es llevar al turista a casas de té muy caras y los estafadores les hacen pagar inmensas sumas de dinero o simplemente les hacen gastar y salen corriendo, siendo que están en realidad trabajando para la casa de té.

El lugar se veía barato y las chicas no se veía que podrían correr muy lejos con esas sandalias. Trajeron varias teteras, yo, como medida de precaución, les comenté sobre mi viaje, haciendo hincapié en mi situación económica. Ellos siguieron pidiendo té. En general los chinos no te van a dejar pagar la primera vez ya que eres un huésped de honor así que supuse que ellos pagarían. Tomamos 6 teteras y después una copa de vino cada uno. El vino en China parece jugo de manzana. Tanto vino como cerveza tienen muy poca graduación alcohólica. Las chicas sólo tomaron un poco y después me ofrecieron el resto. Me tomé todo.

Después llegó la hora de la cuenta. Para mi sorpresa la cuenta me la trajeron a mi y nadie amagó a sacármela. Cuando veo el precio mi primer impulso fue la sorpresa el segundo fue la risa. Por suerte pude reprimir el segundo impulso. La cuenta era de 1.560 yuanes osea aproximadamente 200 euros!!!!!

Les expliqué que no tenía esa cantidad de dinero a lo que me respondieron que no era problema que podía pagar en euro. Les dije que no tenía esa cantidad de euros, así que me instaron a pagar con tarjeta de crédito. Les expliqué que no tenía tarjeta de crédito, por lo que me ofrecieron primero dividir la cuenta entre dos y después incluso entre cuatro a lo que les respondí que la podríamos pagar entre 8 y tampoco me alcanzaría. Lo único que tenía en el bolsillo eran 34 yuanes, por lo que les ofrecí 30 yuanes, unos 4 euros y me quedé con 4 yuanes para el subte.

Cuando salimos de la casa de té se reían entre ellos y podía entender que no podían creer que habían perdido más de tres horas conmigo. Obviamente les ofrecí mi número de teléfono para que nos reuniéramos al otro día para así devolverles el dinero... no me llamaron

Esa fue mi única experiencia realmente interesante en ambas ciudades. Después conocí a otras personas interesantes, desde chinos hasta periodistas extranjeros, pero nada tan memorable.

Unas fotitos de la Ciudad Prohibida













Los hutongs son los callejones que forman el casco antiguo de la ciudad y que están en general pegados a la Ciudad Prohibida, definitivamente en mi opinión la mejor parte de la ciudad.











La gran muralla china: qué decir de la gran muralla... nada realmente, por suerte tuve un día hermoso. Fui a una sección un poco más alejada de Beijing para así evitar el mar de turistas. Muy impresionante e increíblemente duro de caminarla.




 Este es Cheburashka, un osito ruso que me acompaña en el viaje





Shanghái es por un lado una ciudad para una postal, más grande que Beijing, tiene más de 20 millones de personas... una locura
A Shanghái llegué en tren... si tren nuevamente, no quiero recordar la traumática experiencia pero calculen que fue más o menos igual... y yo sin lexotanil.











La concesión francesa es una sección de la ciudad que por muchos años fue concedido a los franceses para la construcción de viviendas, todavía se lo conoce como concesión francesa y es el barrio más cool de la ciudad.