4 de agosto de 2010

Poco más de Rumania

Hola gente!!! estoy de festejo porque, como pueden observar en el contador, he superado los 10 mil kilómetros. Todavía me falta bastante para llegar a los 10 mil a dedo, pero de a poquito llegaremos. Con los precios de los colectivos en Europa calculo que bastante pronto.
Ya que estamos en estos temas les comento mas o menos como vienen mis planes. Como saben no puedo volver a Rusia hasta el 29 de septiembre, cuando se cumplen los 90 días fuera del país. Hasta entonces la idea es viajar hacia el norte para entrar nuevamente a Rusia por el norte y así poder ver San Petersburgo en otoño. Para ello tengo muchos países que atravesar, aunque por el tiempo que tengo me concentraré sin duda sólo en algunas ciudades.

Volviendo al recorrido, habíamos quedado en las afueras de Brasov; de camino a Harguita, territorio rumano poblado por Szeklers (subgrupo étnico de ascendencia húngara y que viven en Transilvania). El camino lo hice en un camión al ritmo del "manele" (algo así como la cumbia rumana). La última parte la hice en una traffic con 5 seklers, uno de los cuales hablaba inglés.
Algo interesante de los seklers y del territorio Harguita es que todos hablan húngaro, idioma particularmente difícil. No hablan en general rumano, y tampoco inglés. Las dos ciudades principales, pude ir a ambas, son muy pequeñas. La ciudad principal del territorio es Miercurea Ciuc que tiene cerca de 50 mil habitantes y le sigue Odorheiu Secuiesc con 30 mil habitantes. El resto son aldeas.
Mi anfitrión en Odorheiu Secuiesc se llamaba Robert. Trabajaba en la ciudad principal que quedaba a poco más de una hora.
El primer día en su casa lo acompañé al trabajo. El se quedó trabajando y yo me fui a recorrer la ciudad, sus afueras principalmente.
Había llovido toda la noche así que el recorrido era accidentado. Empecé por una iglesia católica dedicada a la virgen María. Había sido el lugar del enfrentamiento entre seklers católicos y un rey húngaro que quiso convertirlos al protestantismo. Desde ese pueblo se llamaron a los hombres de las aldeas cercanas para pelear contra este rey y lo vencieron, obteniendo el derecho a mantener su religión. Todos los años una procesión conmemora el acontecimiento.

A la ciudad la rodea una pequeña montaña con dos picos. En el primero había una iglesia y en el mas alto una plataforma más alta que los árboles del bosque que cubren completamente la montaña.
Robert me había dicho que existía una camino al primer pico, así que decidí salir en su búsqueda. En el camino me desvíe ya que como había estado lloviendo toda la noche, se había formado un río que me hizo rodear la montaña, donde encontré una pequeña aldea sekler. Decidí explorarla un poco. Ahí conocí a una abuelita de 95 años, en muy buen estado, con los cachetes rozagantes y un caminar mucho más veloz de lo que uno supondría. Me empezó a hablar en húngaro y cuando fue evidente para ella que yo no la entendía llamó a su hijo de 70 años, que para mi sorpresa hablaba un poco de inglés y un poquito de ruso, así que nos comunicamos bastante bien. El me mostró la aldea y me llevó con la profesora de inglés de la misma. La casa de la profesora estaba llena de gente. El río que se había formado había arrasado con una casa, así que estaban la familia con 8 hijos viviendo con la familia de ella. Se lamentó mucho por no poderme invitar a pasar, así que nos despedimos.
Antes de dejarme partir el tipo de 70 años me invitó una cerveza, a la cual no me dejó decir que no (eran poco mas de las 10 de la mañana). Nos sentamos afuera del único mercadito de la aldea y se nos sumó un tipo que iba en bicicleta y al vernos paró y se compró también una cerveza.


Esta entrada es típica entre los seklers. Tiene una pajarera en la parte superior. Y siempre llevan escrito, tallado, "hecho por x persona en el año x con la ayuda de Dios".


Finalmente logré despedirme y me explicaron como cruzar el "nuevo río". Ya del otro lado podía ver claramente el sendero, aunque me sorprendió lo pequeño que era. No era más que una huella y no pude adentrarme muchos metros, cuando se transformó en un pequeño río. Como el camino no existía decidí mandarme a campo traviesa. A pesar de la poca altitud, el camino fue bastante duro, estaba todo embarrado y el bosque era tan frondoso que constantemente tenía que detenerme y rodear algunas zonas. No pasó mucho cuando encontré unas huellas. Gracias a que soy un explorador experto y gracias al barro también, descubrí que eran huellas de caballos con herraduras y que iban hacia la cima. Decidí seguir las huellas lo que me aligeró la marcha. Cuando llegué a la cima, bastante cansado y lleno de barro, encontré la iglesia y lo que fue peor, un montón de turistas y un camino de piedra que bajaba por el otro lado de la montaña!!!
Un poco desilusionado decidí, en venganza, subir al otro pico. Para ese no había camino aunque era un poco menos frondoso, aunque al mismo tiempo era más empinado.
Al pié encontré una solitaria tumba. Reconozco que esperaba NO encontrar un epitafio algo así como: a Pepito Contreras, escalador amateur, escaló solito y sin equipo la montaña, murió por gilipollas!!!
Como el nombre era de una húngara de 16 años, me quedé más tranquilo y me adentré audazmente con el objetivo de conquistar la cima.
Llegué hecho una sopa y después de escalar la plataforma pude ver los valles que rodeaban la montaña, sus aldeas y bosques.





A no más de 50 km de Harguita se encuentra Sighisoara, el lugar de nacimiento del héroe más macabro en la historia rumana, Vlad Tepes, llamado cariñosamente, el empalador. En Sighisoara sólo me quedé para ver el casco antiguo de la pequeña ciudad y su bello castillo.
Seguí mi caminó y llegué a Sibiu, donde mi anfitrión se llamaba Lucian. En seguida hicimos una muy buena relación, su compañero de departamento estuvo un rato con nosotros, fuimos al mercado a comprar unas verduras y volvimos para cocinar un poco de pasta. Vinieron unas amigas y nos quedamos toda la noche comiendo y tomando unas cervezas.
El sábado nos levantamos tempranito y nos fuimos con unos amigos de el a una aldea a unos 80km. Uno de los mejores amigos de Lucian tenía una casa ahí y un pequeño terreno donde tenía unas vides plantadas. 4 horas estuvimos bajo el intenso sol los 6 trabajando con las zapas limpiando el terreno en esa hermosa colina. Cada tanto parabamos a descansar a lado de 2 antiguas tumbas solitarias que coronaban la colina y que estaban a unos 300 metros del cementerio de la aldea, que se veía claramente desde ese punto en la pequeña colina. Las tumbas según le había comentado la abuela al amigo de Lucian eran de dos judíos que debido a la situación política en la Segunda Guerra Mundial (Rumania fue aliado de los nazis) no les permitieron ser enterrados en el cementerio, así que los enterraron un poco más arriba de la colina.
Trabajamos, nos salieron ampollas y después bajamos a la aldea por un merecido descanso, probamos el vino de la cosecha anterior y nos comimos un asado, versión rumana.

El antes

El después



Al volver a casa nos dormimos una “siesta” de 5 horas y por la noche salimos a dar unas vueltas por los bares.
El domingo el día comenzó tranquilo, no albergaba sospecha de como terminaría. Como les decía, empezó muy tranquilo, comidita y paseo por la ciudad. Era mi último día en Sibiu, así que quería ver todo. Por la tarde nos entró hambre. Lucian se había quedado sin dinero y sin crédito en el teléfono, así que pasamos por la casa de uno de sus amigos, como no se acordaba el número de departamento nos pusimos a gritar su nombre desde la calle hasta que nos abrió y lo que pensábamos que iba a ser una corta visita terminó siendo una de poco más de 6 horas. Simplemente nos dedicamos a escuchar música, vimos una peli muy mala y tomamos rakia y vino casero, elementos que no pueden faltar en la casa de ningún anfitrión en todos los Balcanes y Rumania, por supuesto no es la excepción. Creo que todavía no les había comentado de la rakia. Es la bebida nacional de creo todos los países de la región y es un licor de frutas fermentadas, incoloro y de una graduación habitual de un 40%. Nunca probé rakia de los supermercados porque practicamente todos lo hacen en sus propias casas. Los rumanos me dicen que quien no tiene rakia y 1.000 litros de vino en su casa, no es rumano.
La bebida la acompañamos con sopa de verdura y pan, mucho pan. Ya en la madrugada emprendimos la retirada, pero Lucian insistió en pasar por un pub para brindar por última vez antes de mi partida. Entramos a un pub que estaba lleno de músicos, sólo músicos. El dueño del bar, a quien llamaban Sr. Titi de la Mancha (no me pregunten el porqué) tenía unos 50 años y acompañaba por momentos al grupo de músicos itinerantes con su acordeón. El grupo estaba compuesto de franceses y españoles. Habían dos guitarras, un violin, un trombon, un clarinete, unas castañuelas... algo más tocaban pero ya no me acuerdo. La música era genial, una fusión de música gitana y ritmos tradicionales españoles y franceses. Nos tomamos unas cervezas y cuando la cosa se calmó Lucian invitó a los músicos que no tenían donde dormir a su casa. Así fue como adoptamos 4 músicos franceses. Por la madrugada llegaron al departamento una francesa y tres israelíes. Imaginaran el quilombo en un departamento de dos habitaciones. Por la mañana cuando intentábamos desayunar sin destrozar todo, llegó el compañero de departamento de Lucian. Su reacción fue asombrosa, su rostro reflejaba sorpresa pero era evidente que era una muy grata sorpresa. No fue un ¡que carajo! Sino un ¡buenísimo, de donde salió toda esta gente!
Obviamente decidí quedarme un día mas. Entre el nuevo grupo, la francesa tenía todo el cuerpo escrito con birome azul. No todo el cuerpo pero el brazo izquierdo y las dos piernas. Cada vez que nos sentábamos a charlar y tenía a mano una birome, se ponía a garabatear sus piernas, hacía corazones, dibujitos, números, lo que se le ocurriera. Entre los israelíes estaban un pibe que de Rumania se iba a Italia, caminando y durmiendo sólo en su carpa, un músico y una piba. Todos geniales.

Unas fotos de la hermosa Sibiu, aunque temo que no hay fotos del grupo :-(
Nadie saco fotos, se nos paso










De Sibiu partí hacia Timisoara, en la frontera con Serbia. La idea era parar en un bosque en el camino, cerca de la fortaleza de Hunadoera, pasar la noche y al otro día seguir mi camino. Por la noche se desató una tormenta que me hizo temer por la estabilidad de mi hogar. Por la mañana el viento era tal que casi me levanta con carpa y todo. Levanté con mucha dificultad el campamento y salí antes de que la tormenta me cayera encima. Como siempre en Rumania no esperé 5 minutos hasta que alguien paró y me llevó a destino.

En Timisoara dormi en la casa de Nina, una estudiante de arquitectura absolutamente genial. Con ella tambien pararon dos motociclistas italianos, Luca y Giuseppe, con los que compartiria anfitrion tambien en Belgrado.
La pasamos muy bien, salimos a algunos bares, bailamos un poco y pos la manana salimos todos para Belgrado.


- Respuestas a los muy queridos amigos

1. Si, todos se han reido muchos con mi representacion de Dracula. Tambien el conductor que me levanto, que me dijo que mas que Dracula parecia un elefante.
2. Respecto a mi peso, solo he perdido 3 kilos en lo que va del viaje, lo que esta bastante bien, me parece... y si, es una estrategia :-)

3 comentarios:

  1. Ojo JOrdan en las subidas por esas montañas solitarias. No quiero encontrar una tumba que diga: a Jordan Griotti, escalador amateur, escaló solito y sin equipo la montaña (además de desconocer el idioma de la región), murió por pelotudo!!! Gustavo B.

    ResponderEliminar
  2. Vale, tu primita ma' lina! ;)13 de agosto de 2010, 20:36

    jajajaa!! me mato el epitafio de gustavo.. jajajajaaja! estoy atrasada con las lecturas.. un horror porq me jacte de ser tu fiel seguidora... pero como me gusta todo lo que contas jor! y por lo que noto aqui no sufris el hambre.. jaja! y para de chupar mijo'... vas a volver con el higado a la miseria! implementame la autofoto quere'... te quiero mucho!! cuidate mucho mas! Besos a montones y todos amontonados! hasta la proxima :)

    ResponderEliminar
  3. La verdad que lo mejor sigue siendo la representación de drácula, mi novia no para de contarle a sus amigos y conocidos: "Manuel tiene un amigo que está dando vueltas por Europa del este que hizo..." imaginate el resto.
    Buenos los consejos de arriba de cualquier manera, nunca subas solo una montaña, mucho menos cerca del lugar donde nació un tipo al cual conoce como "el empalador", no vaya a ser que termines idem, y pará de chupar!!!
    Abrazo!!!

    ResponderEliminar